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Gerson de Oliveira: el cielo recibe a un guerrero de la vida y el fútbol

A los 23 años dejó de jugar y a los 32 falleció. Una historia de lucha del hijo de Alcides de Oliveira. 

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Gerson cuando estaba en la habitación del hospital de IESS Ceibos de Guayaquil.JERSON RUIZ

Gerson de Oliveira Solórzano, hizo las divisiones menores en Emelec, su posición era delantero, como su padre el gran ex jugador Alcides de Oliveira, pero un desmayó en una práctica en Delfín en el 2014, hizo que todo el mundo que había soñado se le venga al suelo, luego fueron ocho años de pelearle a la vida que le de más tiempo para seguir jugando.

En el Bombillo con 15 años, arrancó con 21 goles en 25 partidos y encendió las alarmas de una futura estrella tricolor. Era el comienzo de una carrera espectacular.

El sábado 7 de enero del 2023, Gersón se despidió de este mundo, tenía 33 años. Falleció.

Oliviera, pasó mucho tiempo hospitalizado, y sus familiares y amigos realizaron varias campañas para solventar sus gastos. Tenía muchos sueños de volver a jugar, pero la vida le dijo que no.

Era muy amiguero, y nació, creció y le dijo adiós a este mundo, rodeado de gente futbolera.

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Gerson de Oliveira cuando vestía el Delfín de Manta, su último equipo.CORTESIA

El último equipo donde estuvo, fue Delfín de Manta.

Se lo apodó como el Buffalo, mientras él construía sus sueños. Actuar en la serie A, e irse al extranjero. Pero en 2014 todo terminó, cuando estaba en un entrenamiento con el Delfín de Manta y comenzó a cansarse, se desmayó. No era algo normal.

"Bajé mi rendimiento, no podía correr de manera normal. No sabía lo que me pasaba, no tenía fuerzas", liego recordó Gerson, en una entrevista con EXTRA, mientras estaba recostado en una de las camas de la habitación 326 del hospital del IESS de Los Ceibos, al norte de Guayaquil en el 2017.

ASI FUE TODO

Cuando le detectaron la enfermedad de insuficiencia renal. El Buffalo, así lo llamaban, se resistió a aceptar la realidad, no solo porque su vida cambió de un momento a otro, sino porque aquella mañana su carrera como jugador había llegado a su fin, con apenas 23 años.

Gerson, el día que habló con EXTRA, se arropa con una colcha blanca del IESS y su teléfono no deja de sonar. Al otro lado, siempre escucha la voz de amigos del fútbol, que según contaba no lo habían dejado solo. El apoyo le daba fuerza para salir adelante, pero era inevitable recordar su paso por Emelec, Panamá, Independiente del Valle, donde anotó doce goles en las reservas, Macará, y Atlético Mineiro de El Oro. Todos ellos antes de firmar por el Delfín, donde se despidió de las canchas.

Con Delfín arrancó en segunda categoría en el 2013, allí coincidió con Francisco Silva y Marcos Cangá, con quienes celebraron el ascenso a la Serie B, antes de que la enfermedad se hiciera presente.

En el 2014 solo actuó en 5 encuentros. Anotó un gol. Y tuvo que parar. Luego los entrenamientos fueron cambiados por tener que realizarse tres veces a la semana la diálisis, que definía como "toda una odisea". Sus manos y brazos tenían las huellas de las aplicaciones del tratamiento, y con mirada triste explicaba que necesita un trasplante de riñón y dinero.

Jugadores como Jaime Ayoví, Énner Valencia y Fernando Gaibor, con quienes creció en las formativas de Emelec, se habían hecho presentes. En aquellos equipos de pelados eléctricos también estaba Mauricio Muñoz, su mejor amigo.

"La gente en este momento me ha dado la mano. Tengo muchos amigos del fútbol, personas que me conocen y otros que saben de mi situación. Sé que con la ayuda de Dios voy a salir adelante. Lo que no me gustaría es que me olviden", decía un ilusionado Gerson.

El domingo 8 de enero del 2023, a las 17:00 en el Cementerio Jardines de la Esperanza, fue el adiós de de parte de sus amigos y familiares. Gerson un guerrero de la vida, nos ha dejado.