Hay nombres que se ganan el respeto dentro de la cancha y Giovanny Nazareno es uno de esos. Campeón con Deportivo Quito en 2008, figura en el Barcelona del 2012 y parte del histórico Delfín del 2019. Un lateral que se fajó siempre con la camiseta puesta y que, ahora a sus 36 años, volvió a ser tendencia. Pero no por un gol, ni por una corrida por la banda, sino por un rumor mal contado que lo puso en el ojo de una tragedia.

Desde Manta se dijo: que Nazareno había estado presente en el hecho violento que sacudió al club Exapromo Costa, rival del Deportivo Quito en la Segunda Categoría. Las redes sociales, que no preguntan y solo replican, hicieron el resto. 

En segundos, su nombre se mezcló con la desgracia. Su familia, desesperada, lo llamaba sin parar. El “Gio”, como lo conocen sus cercanos, ni se imaginaba que su vida estaba convertida en tendencia mundial.

Momentos fuertes para la familia

La verdad fue otra. El exseleccionado tricolor apareció en el hostal de la ciudadela Costa Azul de Manta, donde ocurrió el ataque, y su presencia trajo calma. Estaba vivo, estaba bien. Lo que había pasado era la confusión: varios jugadores del plantel estaban alojados en ese lugar y, en medio del caos, alguien lo puso en la lista de los presentes.

Lo que sí fue real y doloroso fue la pérdida de Maicol Valencia, jugador de Exapromo, víctima del ataque de sicarios. El club lo confirmó con un comunicado lleno de pesar. Medicina Legal levantó los cuerpos, mientras un vehículo apareció incinerado cerca de la escena, el mismo que habría sido usado por los asesinos.

Nazareno se convirtió en la otra cara de la noticia: la del jugador que sigue vivo, que aclaró el malentendido, pero que también se solidarizó con la familia del joven caído. Porque la vida, al final, es más dura que cualquier rumor en redes.

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