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Jacinto Espinoza: "En 1993, Brasil se fue respetando a Ecuador"
Chinto, exarquero de la selección, revive el día en que la Tri enfrentó sin miedo a un Brasil plagado de estrellas, en las eliminatorias de 1994.
El exarquero ecuatoriano Jacinto Espinoza rememora con emoción el empate 0-0 entre Ecuador y Brasil, en partido disputado el 18 de julio de 1993 en el estadio Monumental, la última vez que jugaron en Guayaquil.
Enfrentar a figuras de la talla de Romario, Bebeto y Dunga fue, según sus palabras, una “experiencia hermosa” e inolvidable.
El Chinto destaca que aunque Ecuador no contaba con futbolistas en la élite, se plantaron con coraje y personalidad, guiados por el técnico Dusan Draskovic, quien supo motivarlos haciéndoles creer que estaban al nivel de los brasileños.
Además, revela que Brasil subestimó a Ecuador, pero terminó respetándolo por el alto nivel mostrado. “No les dimos chance ni para respirar”, afirma con orgullo, esperando que este jueves 5 de junio las cosas se repitan. Está seguro de que así será. Considera que la selección actual de Ecuador tiene las herramientas para vencer a cualquier rival, incluso a Brasil, siempre que juegue con orden y concentración.
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¿Cómo fue enfrentar a un Brasil plagado de estrellas?
Sin lugar a dudas fue una experiencia hermosa. Ahora es normal ver estrellas. Incluso varios ecuatorianos como Willian Pacho y Moisés Caicedo lo son. Pero en los noventa era difícil enfrentar y ver a astros como Romario o Zinho, de ahí que fue un hermoso partido para nosotros. Esa selección vino con estrellas.
¿Cómo se vivió la previa? ¿Había optimismo por un resultado positivo?
Al tener nosotros pocos jugadores en la élite, era muy complicado vernos ganadores. Sin embargo, nos paramos con mucha hombría y personalidad porque teníamos un excelente técnico como Dusan Draskovic, quien preparaba los partidos para hacerle carrera a este tipo de selecciones.

¿Conocían cómo jugaban los brasileños?
En ese entonces, para un jugador ecuatoriano tener acceso a ese tipo de información era muy difícil. Casi no se tenían imágenes y más se los conocía por lo que salía en las noticias. De ahí que tuvimos que apegarnos a nuestro fútbol. Sabíamos que si jugábamos juntos podíamos hacerles daño.
¿Qué les dijo el ‘profe’ Draskovic para motivarlos?
Dusan era un entrenador que siempre ponderaba la capacidad física y atlética de los ecuatorianos, siempre hacía eso para motivarnos. Antes del partido contra Brasil, le dijo a Héctor Carabalí que era mejor que Dunga. A Eduardo Hurtado le dijo: “¿Cómo vas a creer que Romario es mejor que tú? Romario no existe, tú eres extraordinario”. Con mensajes así motivó a cada uno.
¿Y a usted qué le dijo?
A mí me dijo que tranquilamente podría ser el mejor del mundo. Me mostró mi ficha atlética y de estadísticas y me comparó con Claudio Taffarel. Yo no sé si modificó el papel, pero los números me ponían por encima del brasileño. Así nos convenció de que estábamos a la altura de esa selección que ganó el Mundial 94.
¿Qué pensó después al ver ganar a ese Brasil el Mundial de 1994?
Hizo sentir ese empate como una victoria. No podíamos creer que nosotros habíamos hecho un gran partido ante ellos. Con nuestra defensa de Luis Capurro, Raúl Noriega y Máximo Tenorio les hicimos competencia y les pudimos ganar. Les competimos de igual a igual.
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Romario era conocido por ser un delantero ‘boquillero’. ¿Les dijo algo?
Los entrenadores desde un inicio nos enseñaron a concentrarnos. Pese a no tener jugadores en grandes equipos de Europa, nos enfocamos en jugar y no en lo que nos podían decir. Siempre nos recordaban: “Ni de vivo, ni de guapo” (sonríe).

¿Tuvo algún roce con algún brasileño?
No. A esa selección de Brasil del ‘93 no les quedó chance para encararnos o cosas así, porque les jugamos bien y no les dimos chance a que respiraran o se sientan cómodos. Nos tenían como el patito feo, pero ellos terminaron asustados con nuestro fútbol. En sus caras se les veía la preocupación por el nivel que mostramos. Nos terminaron mostrando respeto porque en el llano les hicimos un gran partido. Brasil ni nos llegó.
¿Después de ese cotejo conversó con algún brasileño?
Sí. Taffarel se me acercó y me dijo que era fan mío, que yo era un gran arquero y que le gustaba cómo tapaba. Yo me quedé medio asombrado y le pregunté dónde me había visto jugar. Me dijo que me había visto en el torneo Preolímpico del ‘92. No sé si me mintió, pero me lo dijo después del partido.
¿Cómo ve ahora a la Tri? ¿Le podrá ganar a Brasil?
Brasil siempre será Brasil sin importar que no tenga esas estrellas de antes. Si la selección de Ecuador se logra concentrar solo en el partido, tenga la certeza de que podemos hasta ganar.
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