La selección, el mejor antídoto de James Rodríguez

Patxo de la Rica, Guayaquil
Como un peladito que regresa a casa para tener el cariño familiar. Así se presenta esta Copa para James Rodríguez, que tras un año repleto de problemas y polémicas en el Real Madrid, se planta en el torneo con el calor de Colombia como mejor terapia. Allí donde siempre rinde, con quienes se presentó ante el mundo entero con una actuación espectacular en el pasado Mundial de Brasil.
El ‘10’ de los ‘cafeteros’ es pura magia, pero necesita sentirse importante. Es de esos jugadores que rinde cuando todo el equipo juega a su alrededor, y él brilla sobre los demás. Y, por eso, se entiende que Pekerman, el DT, confeccione todo su once en torno a él. Un 4-2-3-1 en el que el madridista pueda actuar detrás del delantero centro, que será Bacca. Con libertad, sin hacerle trabajar demasiado, y dejando que su pierna zurda aparezca en los momentos importantes.
Con solo 24 años, James es la figura del país colombiano. Todos le idolatran, las mujeres le aman, y sus compañeros rezan para tenerlo a su mejor nivel. Él es de los que gana partido, y Colombia tiene confianza en poder hacer algo grande en esta Copa Centenario si el zurdo está inspirado. Lo puede hacer, aunque no llegue en el mejor momento, después de haber pasado a un segundo plano en el actual campeón de la Champions, con quien ni siquiera jugó la final.