Catar es, por estos días, el mundo en un solo país. Entrar al metro de Doha es chocarse con una diversidad de camisetas, banderas y gorros; así como oír inglés, español, francés, portugués, alemán o árabe, todo en un espacio muy reducido.

Los viajes en ese medio de transporte se convierten en una integración al más puro estilo de las Naciones Unidas. O incluso mejor. Todo en un marco de camaradería y buena onda. Solo basta con identificarse con la selección de un país para empezar a entonar cánticos o corear el nombre de su elección.

El inglés sigue siendo el idioma predominante y el más utilizado. Hasta los cataríes con su acento intentan hacerse entender para poder tener una comunicación más viable. 

En los lugares de hospedaje construidos por la FIFA para Catar 2022, denominados ‘clusters’, es donde más se evidencia la convivencia entre hinchas. Suelen concentrarse en los exteriores, con música hasta altas horas de la madrugada, siempre en un ambiente de confraternidad y de respeto hacia la selección rival.

De entre los visitantes, los mexicanos son los más solicitados para las fotos. Sus sombreros los hacen resaltar sobre el resto de aficionados. Jesús Hernández, hincha azteca, fue uno de los más llamativos el fin de semana, tanto así que recibió la petición de varias personas para tomarse fotos. “Los cataríes nos han recibido muy bien, son alegres y siempre atentos con los visitantes”, aseguró, mientras varios niños le pedían fotos. Sus caras de felicidad lo decían todo.

A nivel sudamericano, los ecuatorianos suelen juntarse constantemente con hinchas de esta parte del continente. De ahí que no es descabellado ver a los argentinos y uruguayos apoyando a la Tricolor. Y juntos suelen dar mensajes de aliento a la selección de Gustavo Alfaro. “ Che, tenemos que apoyarnos entre nosotros, siempre estamos menos contra los europeos”, manifestó el gaucho Facundo Gómez, mientras conversaba con un ecuatoriano.

Otra perspectiva de esta experiencia única la tiene el pakistaní Wasim Handsome, quien lleva viviendo cinco años en Doha y para quien este tipo de relaciones (convivencia con otras culturas) ayudará mucho a los ciudadanos cataríes a tener mayor relación con el mundo y a no ser tan rígidos.

“Siempre será bueno ver cómo personas de diferentes países se relacionan en las calles y de forma muy alegre”, expresó ilusionado el residente. Así queda demostrado que el Mundial no solamente es fútbol, sino también mucha convivencia y camaradería alrededor de la pasión por el deporte.