La comunidad francesa se reunió el domingo 18 de diciembre en el norte de la capital para seguir la final de la Copa del Mundo. El patio de la Alianza Francesa fue el lugar elegido para alentar a su selección en el duelo ante Argentina.

Pero no solo seguidores galos llegaron. En medio de las camisetas azules resaltaba una albiceleste, que portaba la argentina Cristina Pozo. Llegó junto a su pareja, la francesa Celia Magere, para disfrutar del partido que paralizó a la ciudad.

Gritó con euforia los dos primeros goles en medio de los lamentos de los ‘dueños de casa’. Su rostro cambió con el empate francés, en el segundo tiempo, y cuando los cánticos de los europeos empezaron a cobrar fuerza.

Volvió a saltar eufórica con el segundo tanto de Lionel Messi, en la prórroga, pero la seriedad regresó con la igualdad de Kylian Mbappé. Los penales los siguió con nerviosismo y desató su alegría con el último cobro preciso de Gonzalo Montiel.

“Estoy muy emocionada, se me salieron las lágrimas. Este triunfo de Argentina es de Latinoamérica. Fue una final de infarto”, comentó Cristina.

Celia, mucho más cauta, observó feliz la celebración de su pareja, que portaba el número 10 de Messi. “Fue un buen partido. Felicitaciones a Argentina, pero estoy triste por Francia, siempre respaldo a mi selección”, manifestó a la par que la argentina le dijo “pero igual me amas”.

Detallaron que llevan dos años de relación, el mismo tiempo que viven en Quito. Mientras Cristina recibía un abrazo de Celia, los hinchas galos aplaudían a sus jugadores, de los que resaltaron dejaron todo en la cancha y les faltó suerte en los penales.