La Selección Ecuatoriana afrontará un nuevo desafío en la recta final de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial 2026. De cara a la fecha 17, este jueves 4 de septiembre, el cuerpo técnico tomó una decisión que rompe con la tradición: el equipo no concentrará en Quito antes del compromiso ante Paraguay. Una medida que responde tanto a criterios deportivos como a la necesidad de optimizar el rendimiento en un momento decisivo.

Históricamente, la Tri ha hecho de la altura de la capital su principal aliada. Los 2.850 metros sobre el nivel del mar del estadio Rodrigo Paz Delgado complicaron a varios rivales durante décadas. Sin embargo, el fútbol cambió, los jugadores también y la preparación actual exige otra planificación.

La decisión de Beccacece

El estratega Sebastián Beccacece evaluó los escenarios y determinó que no concentrar en Quito puede generar mejores condiciones físicas para los convocados. Desde el domingo 31 de agosto los futbolistas empezaron a llegar a Buenos Aires, Argentina. Y es que la mayoría de los seleccionados milita en ligas de Europa, México y Estados Unidos, todas jugadas a nivel del mar; de ahí que "un arribo prolongado a la altura puede provocar desgaste innecesario", precisó el DT.

Entre los efectos citados constan fatiga muscular, dificultades respiratorias y una adaptación que, en lugar de fortalecer, puede debilitar.

Una estrategia cada vez más común

El plan contempla una concentración previa en una ciudad cercana al nivel del mar. La idea busca minimizar los efectos adversos de la falta de oxígeno. Este método ya ha sido aplicado por selecciones y clubes en partidos en altitud.

La decisión genera debate. Para algunos, perder días de adaptación en Quito podría neutralizar la ventaja de la altura. Sin embargo, el cuerpo técnico sostiene que "la intensidad del fútbol moderno exige llegar con la menor carga fisiológica posible".

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Ventajas fuera de la capital

Además de lo físico, la medida busca dar tranquilidad al grupo y aislarlo de la presión mediática. Beccacece recalcó que la prioridad es que el plantel llegue fresco, mental y físicamente, a un partido clave en las aspiraciones mundialistas.

En el pasado, con Gustavo Alfaro, la Tri ya ensayó esta metodología y logró resultados positivos. Hoy, Beccacece la refuerza en un contexto donde cada detalle puede ser decisivo.

El debate entre tradición y modernidad queda abierto, pero la decisión está tomada: en la fecha 17, la Tri no vivirá su concentración en Quito, convencida de que este nuevo plan es el camino correcto hacia Estados Unidos, México y Canadá 2026.

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