Exclusivo
Deportes

Sociedades anónimas en el fútbol ecuatoriano: lo que cambia para los clubes
La nueva figura jurídica permitirá que los clubes funcionen como empresas con fines de lucro
El fútbol ecuatoriano se prepara para una transformación estructural tras la aprobación del modelo de sociedades anónimas deportivas. La normativa, sancionada por la Asamblea Nacional el 9 de junio de 2025, permite que los clubes se conviertan en empresas privadas con fines de lucro, un cambio que abre nuevas oportunidades y desafíos para el balompié nacional.
Actualmente, los equipos en Ecuador operan como asociaciones sin fines de lucro, dirigidas por socios con derecho a voto igualitario. Con el nuevo modelo, podrán ingresar inversionistas como accionistas, quienes aportarán capital a cambio de participación en la toma de decisiones.
No te pierdas: Willian Pacho enfrentará a Leo Messi: PSG vs. Inter Miami en el Mundial de Clubes
Para varios equipos con crisis financiera, esta figura representa una oportunidad para atraer inversión local o extranjera. En otros casos, clubes con respaldo empresarial ya consolidado podrían acelerar su crecimiento. Además, se espera que grupos internacionales, como Red Bull, muestren interés en ingresar al mercado ecuatoriano.
¿Empresas privadas o clubes de fútbol?
Aunque el marco legal está aprobado, el proceso de conversión aún genera dudas, pues no existe un reglamento oficial que establezca los estatutos específicos para implementar esta transformación. Una de las principales interrogantes es si los clubes deberán disolverse para constituirse como empresas desde cero o si se podrá aplicar una transición directa.
Te invitamos a leer: Cuatro equipos clasificados a octavos del Mundial de Clubes 2025: ¿Quiénes avanzan?
Otra preocupación es el impacto tributario. La conversión implicaría asumir obligaciones fiscales como el impuesto a la renta, lo que podría afectar las finanzas, especialmente en equipos con menor respaldo económico. Para clubes tradicionales como Barcelona SC, el ingreso de accionistas podría generar tensiones con la hinchada y los socios, quienes podrían perder influencia en las decisiones institucionales.
Por el momento no se trata de una medida obligatoria. Cada club debe evaluar si este nuevo modelo representa una oportunidad o un riesgo para su estabilidad financiera y deportiva.
La transición a sociedades anónimas se perfila como uno de los debates más relevantes para el futuro del fútbol nacional. Lo cierto es que los clubes tienen en sus manos una herramienta poderosa, pero compleja.