José Esach, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Confeniae), sufrió un ataque armado la tarde del miércoles 19 de noviembre mientras viajaba por la vía Santa Clara – Puyo, en Pastaza. El dirigente regresaba de una agenda territorial cuando su comitiva fue interceptada por una camioneta desconocida en un tramo afectado por una falla geológica.

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Detalles del ataque

El incidente tuvo lugar en un sector de la carretera caracterizado por la inestabilidad del terreno, que obliga a los vehículos a reducir la velocidad. Los atacantes aprovecharon esta circunstancia para interceptar la comitiva y descendieron de la camioneta portando armas largas, acercándose al vehículo del dirigente amazónico.

La rápida reacción del conductor permitió realizar una maniobra que liberó el camino y avanzó rápidamente hasta Fátima. Allí, los policías atendieron a todos los integrantes de la delegación, quienes resultaron ilesos y fuera de peligro. El ataque generó alarma dentro de la estructura amazónica, que mantiene una agenda territorial frecuente en la región.

Reacciones de la dirigencia indígena

Ante el atentado contra José Esach, la Conaie lo calificó como un hecho de violencia grave y solicitó a las autoridades una investigación inmediata y transparente que permita dar con los responsables y esclarecer los motivos del ataque.

En su pronunciamiento, la Conaie reafirmó su solidaridad con la Confeniae y enfatizó la importancia de garantizar la seguridad de los líderes indígenas. La dirigencia subrayó que las instituciones estatales tienen la obligación de proteger tanto a los dirigentes como las labores que llevan a cabo en las comunidades.

Situación actual del dirigente

Tras el ataque, José Esach y su comitiva se encuentran ilesos y a salvo. El rápido accionar del conductor evitó una tragedia y permitió que los afectados recibieran apoyo policial de inmediato. La Confeniae continuará con sus actividades territoriales.

El hecho ha generado preocupación en la dirigencia amazónica y en toda la estructura indígena del país, que considera el ataque un intento de amedrentamiento hacia sus líderes y hacia la labor que realizan en las comunidades.

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