La prefecta de Cotopaxi, Lourdes Tibán, se pronunció sobre la coyuntura política y económica que vive el país, marcada por el traslado temporal de la sede de Gobierno a Latacunga y la eliminación del subsidio a los combustibles.

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Desde su despacho, Tibán afirmó que no puede permanecer en silencio frente a una medida que, según sus palabras, “golpea directamente al pequeño productor y a los sectores más vulnerables del centro del país”.

“Soy la primera autoridad de elección popular en la provincia y no puedo hacerme la desentendida. El cargo es pasajero, pero mi lucha siempre ha estado en las calles”, recalcó.

Subsidios y presupuesto en riesgo

La prefecta explicó que el fin del subsidio al diésel encarece la producción agrícola y limita la gestión de los gobiernos locales. “Para 2026 teníamos presupuestado 1,1 millones de dólares para combustible; ahora necesitamos 2 millones. Eso implica sacrificar obras como la pavimentación de seis kilómetros de vías”, advirtió.

Tibán remarcó que la medida afecta principalmente a campesinos, transportistas comunitarios y productores de leche y papa, mientras que los grandes empresarios “pueden negociar”.

Pidió al Ejecutivo implementar un mecanismo de focalización urgente para evitar que la carga recaiga en los más pobres. Recordó que tras el paro de octubre de 2019 quedó pendiente una mesa de trabajo sobre este tema.

Obras urgentes para Cotopaxi

Con la sede presidencial en Latacunga, Tibán instó al Gobierno a dejar obras concretas en la provincia. Entre los proyectos prioritarios mencionó:

• Apertura de la vía Salcedo-Tena, con la construcción de túneles pendientes desde hace más de un siglo.

• Asfaltado de la vía Pangua-Ambato, que une la Sierra con la Costa.

• Embalse de Chalupas, cuyo costo podría optimizarse a 300 millones de dólares.

• Embalse del río Nagsiche, con una inversión de 23 millones de dólares para regantes de Salcedo y Pujilí.

“Estas no son obras de lujo, son la respuesta a la desnutrición, a la falta de riego y a la necesidad de sacar la producción”, señaló.

Salud, educación y seguridad

La prefecta pidió al presidente y a sus ministros recorrer hospitales, escuelas y comunidades rurales para constatar las carencias. “Hoy en las audiencias públicas ya no piden vías, piden medicinas y médicos. Las aulas se caen a pedazos, hace más de 10 años no hay inversión en infraestructura educativa”, denunció.

En cuanto a seguridad, Tibán solicitó más recursos para la Policía, especialmente ante los efectos de la cárcel de Cotopaxi. “No se puede hablar de turismo si no hay seguridad. La Policía necesita combustible, llantas y logística”, indicó.

Un diálogo con soluciones inmediatas

Tibán recalcó que su rol como autoridad electa es defender los intereses de toda la provincia, más allá de la independencia del movimiento indígena.

“El diálogo con el Gobierno debe ser real, con soluciones inmediatas, sobre todo en la focalización de combustibles. Jamás estaré de acuerdo con medidas que toquen el bolsillo de los más pobres”, advirtió.

Finalmente, recordó que Cotopaxi es productiva pero desigual. “Mientras haya pobreza y falta de inversión, los paros seguirán existiendo. Si queremos evitar levantamientos, el camino es demostrar con cifras cuánto invierte el Estado en la zona centro del país”, concluyó.

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