La Concordia, cantón de Santo Domingo de los Tsáchilas, amaneció este viernes 21 de noviembre de 2025 con una noticia desgarradora: Carlos Benigno Sacón Zambrano, de 36 años, había regresado desde Rumanía para pasar unas vacaciones en familia y terminó encontrando la muerte en una calle que creía suya.

La madrugada de este viernes, cerca de la Zona Rosa, una bala lo alcanzó mientras caminaba por la avenida Simón Plata Torres. Era un ataque dirigido a otro hombre, un motorizado perseguido por criminales; pero fue "Nino", como lo llamaban con cariño en su barrio, quien pagó con su vida.

La ráfaga de disparos que desató el caos buscaba a un presunto integrante de un grupo delictivo, no a él. Carlos solo acompañaba a su hermana y cuñado en una salida rutinaria, cuando una camioneta con sujetos armados abrió fuego sin medir límites ni consecuencias. En segundos, la alegría del reencuentro familiar se quebró para siempre.

Paramédicos confirmaron su muerte en plena calle, mientras el silencio de los vecinos dejaba al descubierto la fragilidad de la vida en un cantón golpeado por la violencia. Su cuerpo es velado en el barrio Las Vegas, entre rostros que aún no asimilan que su retorno al país terminó convertido en tragedia.

Un hombre fue asesinado afuera de una tienda 

Pero la madrugada sangrienta no sería el fin. Apenas horas después, La Concordia volvió a estremecerse con un nuevo crimen, esta vez en el sector Virgen del Cisne, cerca de la escuela Simón Bolívar. Eran poco más de las 14:00 cuando una lluvia de disparos sacudió al barrio. En los exteriores de una pequeña tienda, un hombre conocido como “Copolo” fue atacado a quemarropa. La víctima quedó tendida sobre la vereda, sin signos vitales, mientras los curiosos se aglomeraban en torno al cuerpo. 

El crimen ocurrió frente a decenas de vecinos que vieron cómo la tranquilidad de la tarde se transformaba en terror. La policía llegó al sitio e inició las primeras pericias, acordonando el área en medio de gritos, llantos y un tránsito paralizado por completo. Familiares del hombre, visiblemente conmocionados, intentaban reconocer sus pertenencias mientras agentes realizaban inspecciones y buscaban indicios entre casquillos y manchas de sangre que permanecían frescas sobre la acera. En el sitio se recogieron al menos cinco balas percutidas. 

Este nuevo atentado ocurrió menos de 12 horas después de la muerte de Carlos Sacón, lo que ha encendido todas las alarmas entre los habitantes de La Concordia. Dos muertes violentas, dos familias destruidas y un cantón que vuelve a convertirse en escenario de una guerra que nadie termina de comprender, pero que todos pagan.

En el barrio Virgen del Cisne, donde ocurrió el último ataque, decenas de curiosos seguían observando en silencio cuando la policía cubrió finalmente el cuerpo con un plástico negro.

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