La madrugada de hoy, lunes 22 de septiembre, un intento de fuga en el Centro de Rehabilitación Social de Machala derivó en una de las peores masacres carcelarias de la ciudad. El saldo oficial fue de 14 fallecidos: 13 personas privadas de libertad y un guía penitenciario, según confirmó la Policía Nacional.

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Según las investigaciones preliminares, el ataque no fue un simple intento de escape, sino un enfrentamiento interno entre bandas criminales. Un grupo de reos identificado con la banda Sao – Box fingió la enfermedad de un compañero para tender una trampa al guía penitenciario José Gabriel Pacheco Ruiz. Al acudir a verificar la situación, el guía fue asesinado en cuestión de segundos.

Tras el asesinato, los internos armados se desplazaron hacia las celdas donde permanecían reos pertenecientes a bandas rivales, principalmente Los Lobos y Los Choneros. La agresión combinó armas de fuego y armas blancas, dejando un saldo de 13 reos muertos en el lugar y uno más que falleció alrededor de las 08:00 mientras era trasladado a un centro de salud.

Heridos y enfrentamiento con la Policía

Durante el enfrentamiento, también resultaron 14 heridos, incluyendo un policía que recibió un impacto de bala en el hombro. Otros agentes fueron despojados temporalmente de sus armas por los reclusos durante la confusión. La Policía Nacional desplegó un operativo de contención para recuperar el control del centro penitenciario y evitar una fuga masiva.

Requisa y hallazgo de armas

Tras controlar la situación, las autoridades realizaron una requisa minuciosa en los pabellones implicados. Durante el operativo se decomisaron cuatro armas de fuego, machetes, cuchillos y otros objetos cortopunzantes que los internos habían utilizado para perpetrar la masacre. Varios sospechosos fueron arrestados, incluido un interno señalado como presunto cabecilla de la revuelta, quien habría ordenado los asesinatos.

Hasta el cierre de esta nota, la identidad de los 13 reos fallecidos se mantiene bajo estricta reserva, mientras los equipos forenses realizan las pericias necesarias para su identificación oficial.

El hecho mantiene en alerta a las autoridades penitenciarias y policiales de la zona. La Policía Nacional mantiene un contingente en los alrededores del reclusorio y continúa la investigación para esclarecer completamente las responsabilidades, posibles fugas y vínculos entre las bandas involucradas.

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