Un helicóptero del Ejército Ecuatoriano cayó la mañana de hoy, miércoles 8 de octubre de 2025, en el sector de Buenos Aires, cantón Urcuquí, provincia de Imbabura. La aeronave, identificada como Ecureuil B2 – AEE 323, realizaba un sobrevuelo entre la mina El Olivo y la llamada Mina Antigua, en la parroquia San Gerónimo, cuando sufrió el incidente que obligó a su caída en un terreno montañoso y de difícil acceso.

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Según un informe preliminar, la nave habría quedado enredada con los cables de las poleas que los mineros ilegales instalan para trasladar material aurífero. Esa maniobra habría provocado la pérdida de control y la posterior caída. 

En la aeronave viajaban dos tripulantes y dos pasajeros, quienes resultaron heridos con politraumatismos; fueron atendidos inicialmente por equipos de rescate y luego trasladados a centros de salud cercanos. Hasta el cierre de esta nota, no se había confirmado la gravedad exacta de las lesiones ni la naturaleza de la misión que cumplía el helicóptero.

La intervención de los equipos de emergencia se complicó por las condiciones del lugar: la zona carece de cobertura celular y las bases operativas más próximas están a más de una hora de distancia, lo que retrasó la llegada de ayuda y dificultó la coordinación de la evacuación.

¿Qué sucedió en el lugar del siniestro?

La caída ocurrió en un área donde la actividad minera ilegal es recurrente y está asociada a grupos organizados que controlan la extracción y el transporte del oro. Esa presencia ilegal no solo genera conflicto social y ambiental, sino también riesgos directos para la operación aérea debido a instalaciones improvisadas (como poleas y cables) que pueden quedar ocultas en la vegetación o en las laderas.

El Grupo Especial Móvil Antinarcóticos (GEMA), el Cuerpo de Bomberos de Pimampiro y personal del Ministerio de Salud Pública acudieron al sitio para brindar asistencia y apoyar en las labores de rescate. El parte policial también subraya la dificultad logística: caminos en mal estado, topografía abrupta y falta de comunicaciones que obligaron a operar en condiciones adversas.

¿Qué pone en evidencia este accidente para la seguridad aérea?

Este incidente se suma a otros siniestros ocurridos en operaciones militares recientes en el país. En mayo de 2024, un helicóptero Bell se estrelló entre Guayaquil y Salinas, dejando dos fallecidos; y días antes, una nave Mi-171 cayó en la selva de Pastaza con saldo de ocho muertos. La repetición de episodios similares plantea preguntas sobre los riesgos operacionales en misiones que cruzan zonas remotas o donde existen obstáculos no regulados en el espacio aéreo.

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