Exclusivo
Ecuador

Con ayuda de su familia, el niño procura cumplir con las tareas de la escuela.Luis Cheme / EXTRA

Tragedia y esperanza en San Mateo: niño que sobrevivió a accidente se adapta a rutina

El menor de edad perdió su pierna izquierda luego que le cayera gruesos troncos

Lo que comenzó como una tragedia se ha convertido en una lucha diaria por su recuperación. Hoy, dos meses después de ocurrido el accidente de tránsito que marcó la vida de Sinan, de 5 años, él está de vuelta en su natal San Mateo, en Esmeraldas, donde intenta adaptarse a una nueva rutina.

(Te invitamos a leer: Caso Villavicencio: prisión preventiva para presuntos autores intelectuales de crimen)

Después del estruendo del metal y el peso de unos troncos de aquel 26 de junio de 2025, que provocaron que el menor de edad pierda su pierna izquierda, él pasó un mes y medio de hospitalización por cirugías e injertos, en Quito.

En proceso de rehabilitación

El 15 de agosto, los médicos le dieron el alta y ahora, desde su hogar, intenta adaptarse a su nueva forma de vivir. Se desplaza en silla de ruedas, espera unas muletas que aún no puede usar y aprende a vivir con las cicatrices que dejó la desgracia.

“Se recupera poco a poco”, dice su padre, Gabriel, quien lo acompaña en cada paso. Las citas médicas en la capital son constantes, viajes que la familia costea con rifas y colectas. San Mateo se ha unido en actividades solidarias para ayudar a que Sinan pueda seguir adelante.

La escuela también se ha volcado a apoyarlo. Sus profesores le envían tareas a casa y, hace unos días, él pidió volver un momento al aula con sus compañeros. “Quería estar con ellos, aunque sea un ratito”, dice Gabriel. En esas pequeñas victorias se evidencia la resiliencia de Sinan, que entre letras y dibujos enfrenta los desafíos de estar en primero de básica.

Sin embargo, el camino de la rehabilitación es largo. Aún le faltan más intervenciones en su pierna derecha y la familia espera por terapias físicas y psicológicas que recién empezarán en diciembre próximo.

“Él ríe y juega, como si no tuviera ese trauma, pero nosotros sabemos que necesita apoyo psicológico cuanto antes”, manifiesta su padre.

La movilidad de Sinan depende ahora de una silla de ruedas donada por una fundación y de unas muletas improvisadas que su papá fabricó con sus propias manos.

La batalla legal, otro desafío

En el ámbito legal, la familia también libra una batalla. El conductor del vehículo que provocó el accidente permanece detenido.

La defensa del acusado ha propuesto pagar $8.000, una cifra muy por debajo de lo que la familia exige. “Tenemos miedo de que se alargue el juicio y, al final, nos quedemos sin nada”, admite Gabriel.

La historia de Sinan no es solo la de un niño que sufrió un accidente de tránsito. Es la de una familia que lucha contra la pobreza, la burocracia y la indiferencia, y la de un pueblo que se une para que el pequeño pueda volver a sonreír.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!