Cuando a Julio Jaramillo le pidieron que imitara a Olimpo Cárdenas, sentenció que no lo haría sino que lo superaría. Esa autenticidad, indica el radiodifusor Jacinto Fajardo, es la que convirtió a JJ en el más grande intérprete ecuatoriano de todos los tiempos.

Fajardo, indica que Armando Romero Rodas, quien fuera director de radio Cristal y amigo de Julio, siempre destacaba ese aspecto del artista. Después de 45 años de su fallecimiento, ocurrido el 9 de febrero de 1978, JJ sigue impactando e influenciando tanto en artistas nacionales como extranjeros con su voz y estilo.

“Don Francisco Feraud, cansado de pagar derechos de los discos de Olimpo Cárdenas, a los sellos colombianos, decidió buscar un artista local que tuviera esa dulzura para interpretar sus canciones”, indica.

Fue entonces -añade- que le recomendaron a Julio Jaramillo y le propuso que grabara el vals Fatalidad, que ya sonaba en la voz de Olimpo.

“Julio aceptó y le dijo que no imitaría, ni lo igualaría como era la propuesta original, sino que lo superaría. Esa es la verdad, dicha por los protagonistas”, enfatiza Fajardo.

Voz y estilo únicos

Naldo Campos, músico, compositor y amigo del "Negro”, como le decía a JJ, dice que el artista tuvo a su favor varios aspectos.

“Tenía una voz natural única, que solo Dios se la pudo dar, un timbre muy especial y un estilo muy personal. Julio no cantó parecido a nadie, a él lo han imitado por montones”.

Naldo, manifiesta que antes de cumplir 17 años grabó con Julio un disco larga duración con 12 canciones.

“Por algún designio divino, Julio, Francisco Feraud y Rosalino Quintero se fijaron en mi, que había grabado una canción con mi hermana Holanda, en Ifesa. Fueron a verme a mi barrio en Cuenca y la Séptima, yo estaba en la calle jugando pelota y me preguntaron si podía grabar con JJ. Esa noche no pude dormir de la emoción”.

Mientras se hacía la grabación recuerda que se quedó extasiado escuchando a Julio y se olvidó que debía tocar el segundo requinto.

“Julio fue exclusivamente de Julio. Una voz preciosa, un timbre de voz hermoso, una expresión inmejorable, la ternura con que cantaba es irrepetible. Cuando grabó con Olimpo el tema Azabache, se ve que los estilos son diferentes”.

Es ahí, que radica la importancia del artista, “en la fuerza de su expresión e interpretación"

“No fueron las canciones, no fue la dirección artística, era él, Julio triunfó solo por él”.