Andreína Bravo ha revolucionado la industria musical ecuatoriana y las redes sociales en tres años como cantante. Su popularidad ha sido tan arrolladora, que ha provocado que tenga innumerables aciertos y desaciertos para conseguirlo. También la ha vuelto ‘blanco fácil’ de las críticas y de roces con periodistas de farándula que la han llegado a tachar de “diva”, por negarse a entrevistas para sus programas.

La guayaquileña, de 27 años, escogió a EXTRA para hablar de todos esos señalamientos. Entre risas, quebrantos de voz y momentos tensos, habló también del cómo, pese a eso, ha tratado de mantener su enfoque laboral y sus objetivos claros.

Tres años de carrera como solista ya, ¿cómo los describes?

A veces la vida nos desafía, pero no para estancarnos, sino para crecer. Siento que estos tres años han sido de gran crecimiento personal y emocional, forjando mi fortaleza y valentía. Cada día descubro más sobre mí misma y me doy cuenta de que puedo lograr grandes cosas (...) Siempre es importante lanzarse y aprender de los errores, tal como han sido estos tres años de aprendizaje en mi carrera.

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En tu carrera musical, ¿te fuiste quedando sin amigos?

Sí, aunque siempre he sido partidaria de limitarme, de ser muy exclusiva, no desde el ego, sino desde no dar su mejor versión a nadie. Uno tiene que conocer, ser educado, respetuoso, pero esa parte como de dar confianza no se la da nadie.

No has sido de ñañería...

No, no, nunca, nunca en la vida he sido de ñañería. Incluso como soy hija única, siempre he sido independiente, me encanta mi soledad, me encanta estar sola y si yo involucro a alguien a mi círculo, es porque de verdad me hace sentir segura. Entonces, yo soy muy exclusiva y la exclusividad es lo más bonito. Créeme que lo aconsejo, no desde el ego, sino que de verdad te salvas de muchísimos chismes, problemas y vives en paz.

Muchos dicen que eres exclusiva, pero en este caso dices que no desde el ego.

No es como de creída o como de que si no es así entonces no lo quiero, no. Soy una persona muy sencilla, que viene de una familia cuyo lema en casa es tratar a las personas como te gustaría que te traten, pero también hay una cosa súper importante y es el respeto, es la base fundamental para cualquier interacción. Entonces soy exclusiva, sí.

Andreína, ¿te han tratado mal en la farándula?

(Su rostro denota tristeza) Sí, totalmente, tú lo has visto también y no es que (se queda callada y respira profundo)... quiero explicar esta oportunidad que tengo aquí en EXTRA para poder comentar y que la gente conozca un poquito más de cómo son las cosas en realidad, porque como siempre digo, para mí el respeto es la base fundamental. Y si estoy aquí sentada contigo, tranquila, es porque yo recibo respeto y eso es mutuo y la comunicación honesta es importante.

¿Qué sientes, Andreína?

No tolero el sensacionalismo ni que la gente cambie mis palabras por un título engañoso solo para hacerme quedar mal, eso se llama prensa amarillista y yo no tolero eso. Nunca lo voy a hacer. Lo que sí puedo decir es que no todos son así.

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Recientemente fueron los Premios REM y en la alfombra roja vi cómo se te lanzaron, te empujaron y hasta por poco te pegan con el micrófono.

Exacto, no esperen de mí lo mismo. No les voy a pagar con la misma moneda porque yo no me voy a rebajar a ese nivel, pero sí van a recibir de mí distancia. Yo quiero ser muy clara en eso, porque yo también tengo derecho a proteger mi imagen de aquellas personas que difaman todo el tiempo mi nombre.

En el momento que pasó eso recibías un premio por tu música y se vio empañado por el problema con el reportero Lazito Quezada, que te tachó de diva, que preferías hablar en medios colombianos o internacionales y no para los ecuatorianos, ¿cómo te sentiste?

Totalmente (molesta), y es lo que deseo comunicar, quiero que la gente conozca de mi música, de mi vida, por lo que estoy haciendo (...) Voy a ir a los Premios Ícono que es en Colombia, me voy a presentar allá, también voy a presentar una categoría y hacer una conferencia. Quiero que se sepa que en Ecuador hay muchísimo talento, pero si nos enfocamos en solo hacer polémica y hacernos quedar mal entre nosotros mismos, no vamos a salir adelante y no va a ser fácil la exposición de manera internacional.

Entonces, ¿hay una enemistad de por medio con el reportero?

No sé por qué piensan que hay una competencia o hay una discusión, yo no tengo problemas con nadie, yo no tengo resentimiento con nadie ni me hago problemas con nadie, son ellos los que hacen ese problema conmigo. Yo vivo enfocada en lo mío y es, como dicen por allí: cuando tú vives enfocado en lo tuyo y sabes lo que quieres, no estás criticando, ni juzgando, ni envidiando el camino de los demás.

O sea, Andreína no veta a las personas, no veta a los canales ni a los programas.

¿Vetar? Como te dije, yo no me voy a rebajar a ese nivel de ponerme en la misma situación de ‘dimes y diretes’. Lo que sí hago es alejarme, porque eso pierde mi enfoque y pierdo energías. Bien pudiera poner una demanda de todas las cosas que hicieron. Obviamente ha pasado por mi cabeza, pero ¿para qué?

Enfocada en lo tuyo...

Debo enfocar mi energía en mi trabajo, obviamente que llegará un día que no pueda decir que no lo voy a hacer, posiblemente pase si siguen estas discusiones que me tienen como un poquito agobiada. Trato de manejar mucho la mansedumbre y la inteligencia emocional, pero llega un punto en que ya mi paciencia se limita; entonces si yo digo no, está bien, porque está bien decir que no cuando no te sientes segura (...) Incluso mi Fercho casi llega a los golpes (con Lazito).

Dijiste que te sientes acosada por Lazito.

No me imaginé llegar a ese punto, porque de verdad que yo los trato con mucho cariño a todos. Yo soy muy respetuosa, siempre saludo a todo el mundo, trato de ser como me gustaría que sean conmigo, entonces no entiendo por qué sucede esto. Tal vez porque, como ellos dicen, me quedo callada, pero a veces es mejor quedarse callada cuando tú sabes quién eres, no tienes que darle explicaciones a nadie, cuando mi trabajo habla por mí mismo (...) De verdad lo único que hace es hacerme entender que tiene que hablar de mí para que lo tomen en cuenta, porque si no, de ellos no hablan.

Cuando tuviste ese problema con Lazito dijeron que preferías a la prensa colombiana.

No sucedió así, por eso es que no me gusta dar entrevistas a las prensas amarillistas, porque tergiversan lo que yo digo. Jamás dije eso. Cómo voy a no querer a mi país, si estoy defendiendo mi bandera, tratando de hacerme camino para que la gente pueda escuchar el talento ecuatoriano. Porque al final de cuentas, si yo me voy a Colombia, no es Andreína o si yo me voy a República Dominicana, no es Andreína, es Ecuador (...)

¿Entonces qué pasó?

De Colombia me contactaron y me preguntaron si podían entrevistarme sobre mi carrera musical y, de manera muy educada, sobre la relación que tuve hace tiempo (con el cantante panameño Miguel Melfi). Entonces, si se maneja de esa manera, que yo veo que hay respeto de por medio, contestaré. Debes ser inteligente para poder tener una nota, y no ser agresivo, o decir cosas denigrando mi imagen. ¿Tú crees que si todo el tiempo denigras mi imagen, yo voy a darte una entrevista? No lo voy a hacer, porque me estás haciendo daño. No esperen de mí una actitud agresiva o que me duela. No, no me duele porque yo sé quién soy y no me afecta. Cuando tocan a mi familia, sí. Pero por respeto a ellos es que me he mantenido al margen y yo sigo adelante con lo mismo.

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