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Farándula

Bella Querevalu: la presentadora renunció a la tv por ir a China a estudiar mandarín
La comunicadora machaleña, de raíces peruana y lojana, se ganó una beca para ir a perfeccionar el idioma asiático, que estudia cerca de tres años
A los 35 años, con más de una década de trayectoria en comunicación y periodismo, Bella Querevalu decidió dejar las noticias del canal RTU para seguir un camino poco común: estudiar mandarín.
Tras dos años y medio inmersa en este idioma milenario, la machaleña, de raíces peruanas y lojana, reconoce que su decisión no fue estratégica, sino el resultado de una pasión que la conectó con la cultura china.
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“Soy muy honesta, nunca estudié el idioma pensando en el futuro. Solo era un tema de pasión. Me conectaba con su lengua, su cultura... hay una conexión especial”, contó a EXTRA desde Chongqing, donde actualmente estudia con una beca en la Universidad de Estudios Internacionales, la cual obtuvo gracias a su nivel de mandarín y que espera seguir perfeccionando.
El aprendizaje del idioma ha sido para Bella un proceso “largo, desafiante y profundamente transformador”. No se trata solo de memorizar palabras: implica adentrarse en una lógica distinta, en un sistema de escritura basado en caracteres que nacen de figuras. “Los caracteres reflejan cómo los chinos necesitaban comunicarse con el mundo exterior”, explica.

Otro reto fue la fonética, con sonidos que no existen en español. “Este es un idioma muy tonal, entonces si le cambias el tono a una palabra, tergiversas el significado. No hay esos tonos en nuestro español”, detalla.
Avance en lectura y escritura
A pesar del avance en la lectura y escritura, Bella admite que al llegar a China se dio cuenta de cuánto le faltaba. “Lo que parecía avanzado, era muy pequeño. Porque además del mandarín, cada distrito tiene su propio dialecto. Incluso los mismos chinos deben aprender mandarín para poder comunicarse entre sí”.
A su arribo, hace una semana, vivió momentos curiosos, como ser confundida con una ciudadana china en el aeropuerto, debido a sus rasgos. “El guardia me separó y me puso en la fila de los chinos. Cuando llegué al counter me preguntaron por qué, si era ecuatoriana”, cuenta entre risas.
Choque cultural
Otro choque cultural lo vivió con los baños: en muchas zonas no existen inodoros tradicionales, sino que se utiliza la posición de cuclillas. “Subí un video a mis redes sobre las cosas diferentes que se ven acá”, comenta.
Comunicadora
“Hoy, los idiomas que están abriendo el mundo están mucho más adelantados en tecnología, en visión, en construcción. Cualquier profesión que tengas debe tener visión. Si no entendemos que la inteligencia artificial nos está soplando la oreja, es probable que nos quedemos atrás”, reflexiona Querevalu, quien es ingeniera en Comunicación y tiene una empresa dedicada a este campo. La comunicadora reside hace dos décadas en Quito y tiene un hijo de quince años.