La farándula criolla se sacudió cuando trascendió que Gerardo Morán, conocido como El Más Querido, demandó a la cantante Jenny Romero. 

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El artista aseguró sentirse deshonrado tras una entrevista en un pódcast en la que Jenny relató haber sido abandonada al convertirse en madre de gemelas, una de las cuales murió días después.

Aunque ella nunca mencionó nombres, muchos relacionaron la historia con Morán, reavivando un capítulo del pasado que parecía cerrado.

El reclamo de Morán

El artista presentó una demanda en la Unidad Judicial Civil de Quitumbe. Según él, sus declaraciones  merecían una sanción.

En el escrito de la demanda, que consta en los archivos del Consejo de la Judicatura, Morán afirmó que las declaraciones de Romero le han generado desprestigio y afectaciones económicas.

“Lo que ha propiciado el desprecio y mala fama hacia mi persona, ocasionándome un grave perjuicio ya que mi actividad económica es por mis interpretaciones musicales como solista en todo el territorio nacional e incluso en países extranjeros, ya que el odio hacia mi persona se ha propagado”.

El acta que dio la vuelta a la historia

En el centro del caso estaba el Acta de Mediación de Acuerdo Total No. 011-JAS-UIO-2024, firmada por ambos artistas en el Centro de Mediación Justicia Alternativa Social. 

Ese documento suscrito en 2024, establecía que, en caso de conflicto, cualquier ejecución debía tramitarse en la Unidad Judicial de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia competente

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La decisión judicial

El juez de Quitumbe fue tajante. Al revisar la demanda, recordó que la mediación tenía fuerza de sentencia ejecutoriada y que él no tenía competencia. Por ello, se declaró incompetente y aplicó el artículo 147 del Código Orgánico General de Procesos (COGEP).

La resolución fue clara:

• Inadmitir la demanda.
• Archivar el expediente.
• Devolver los documentos presentados.

Así, el intento de Morán por litigar en lo civil quedó cerrado antes de empezar.

La voz de Jenny Romero

Frente a la polémica, Jenny se defendió. “Yo no he dado el nombre de nadie, nunca mencioné a nadie, nunca me expresé con descrédito o deshonra hacia nadie. Hablé desde mi percepción, desde mi experiencia como mamá, como mujer, como enamorada; no hablé mal de nadie.”, declaró Jenny a este Diario en entregas anteriores.

Lo que parecía un pleito largo y escandaloso terminó resuelto por un documento firmado un año antes. El acta de mediación fue la llave que cerró el caso.

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