Sharay Hayes, un bailarín exótico de 51 años conocido como The Punisher (El Castigador), subió al estrado este 20 de mayo para testificar en el juicio federal por tráfico sexual contra Sean 'Diddy' Combs. Su relato reveló detalles sobre las perturbadoras sesiones sexuales que el magnate del hip hop organizaba junto a su exnovia Cassie Ventura.

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Hayes, quien recientemente publicó un libro de autoayuda con seis páginas dedicadas a estos episodios, contó que sus encuentros con la pareja inspiraron un capítulo donde los describió como una “pareja casada y rica”. “Lo hice sensacionalista. Quería que fuera disfrutable”, testificó.

El bailarín declaró que entre 2012 y 2016 fue contratado en al menos ocho a 12 ocasiones para tener relaciones sexuales con Cassie Ventura mientras Combs observaba. Por cada sesión le pagaban al menos $1,200. Durante esos encuentros, a los que Combs se refería como “freak-offs”, Hayes asegura que el rapero aparecía bajo el efecto de drogas y con atuendos inquietantes.

“No recibí ninguna señal de que hubiera incomodidad con lo que estaba sucediendo”, declaró Hayes ante los jurados, en un intento de los abogados defensores por presentar a Cassie como una participante voluntaria en estas reuniones sexuales.

'The Punisher' relata lo sucedido con Diddy Combs

Su primera participación ocurrió cuando fue convocado con el pretexto de actuar para un grupo de amigos. Sin embargo, al llegar a la habitación del hotel en la ciudad de Nueva York, solo encontró a Cassie y Combs. 

The Punisher relató que al principio no reconoció a Combs, ya que “estaba desnudo y llevaba la cara cubierta”. Afirmó que lo único visible eran sus ojos, y que Cassie le advirtió que no lo reconociera mientras se untaban aceite de bebé y mantenían relaciones sexuales.

Con el paso del tiempo, Hayes logró identificar al rapero cuando lo vio usando una gorra de béisbol en lugar del disfraz. Fue entonces cuando se dio cuenta de que se trataba de Sean Combs, una figura prominente en la industria musical.

Según su testimonio, Hayes no tenía vínculos afectivos con Cassie ni sospechó que estuviera siendo forzada. Esto contrasta con lo declarado por la cantante la semana anterior, cuando se presentó como testigo estrella del gobierno y aseguró haber sido obligada de forma violenta a participar en los encuentros.

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