El sueño de Emilio Sueños terminó de manera trágica. El joven venezolano, conocido por ser panelista de programas de farándula y ser parte de la comunidad LGBTIQ+, falleció luego de permanecer una semana en cuidados intensivos en el Hospital del Guasmo, de Guayaquil. La causa: una falla cardíaca provocada por el uso de testosterona.

Según le contó a EXTRA su mejor amiga, la activista trans Ivanna Melgar, Emilio llevaba aplicándose testosterona desde hace dos o tres meses con el objetivo de verse más masculino. Sin embargo, esa decisión le costó la vida.

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“De un momento a otro empezó a toser y a no poder respirar. Él me mandaba audios diciendo que no era una gripe, sino que simplemente no podía respirar. En sus estados de WhatsApp ponía emoticones de enfermo y de estrés”, comentó Ivanna visiblemente afectada.

Los síntomas empeoraron rápidamente. Un médico  lo derivó a un cardiólogo, quien descubrió que el corazón de Emilio Sueños estaba agrandado e hinchado por el exceso de testosterona. El problema se agravó porque se inyectaba la hormona en el brazo y no en los glúteos, debido a que tenía biopolímeros en esa zona.

“Su organismo no resistió. El corazón no aguantó y también se le afectó un pulmón. Le hacían transfusiones de sangre, pero se le volvía agua. Intentaban sacar la hormona del cuerpo, pero no se pudo”, agregó Ivanna.

Durante su hospitalización, los exámenes descartaron enfermedades como VIH o afecciones catastróficas. “Emilio era un chico sano, sin adicciones. Quería verse más masculino, pero eso lo llevó a una complicación fatal”, lamentó su amiga.

Un sueño truncado

Emilio —cuyo nombre real era Emilio García— llegó a Guayaquil hace seis años, proveniente del estado Anzoátegui, Venezuela. Buscaba cumplir su mayor sueño: participar en un programa de televisión de señal abierta. “Me decía: ‘Ivanna, yo lo quiero conseguir’. Y yo le respondía que íbamos a cumplir nuestros sueños juntos”, recordó su compañera.

En una entrevista que le dio a EXTRA, meses atrás, comento que antes de emigrar se había sometido a dos cirugías en su nariz y, ya en Ecuador, continuó con procedimientos estéticos en los labios, glúteos y abdomen. Se caracterizaba por su carisma, presencia escénica y por ser un defensor del respeto y la inclusión.

“Era un hombre guapo, fuerte, muy expresivo. Siempre levantaba la voz cuando se trataba de defender a su comunidad. Nunca se quedó callado”, destacó Ivanna.

La comunidad trans se organiza

Lejos de su familia —sus hermanas no tienen pasaporte y permanecen en Venezuela—, la comunidad trans de Guayaquil se ha unido para darle el último adiós. “Nos vamos a reunir para ver qué decisiones tomamos, cómo pedimos ayuda. Emilio está solo acá; nosotros somos su familia”, explicó Ivanna.

Aún no se conoce el lugar donde será velado, ya que se espera la decisión de su familia. Quienes deseen colaborar con los gastos pueden comunicarse con Gaby Letamendy al 098 057 0706.

Mientras tanto, sus compañeras insisten en algo: que se diga la verdad. “Están publicando cosas falsas. Emilio no murió de VIH ni de ninguna enfermedad catastrófica. Murió por la testosterona. Y si así no fuera, igual merece respeto”, subrayó Ivanna.

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