Tras ser diagnosticado con un cáncer de pulmón, en octubre de 2021, Esteban Vidán confiesa que se preguntó qué sería de su vida, y aunque se quedó postrado y sin poder caminar, comenzó a planear su futuro laboral.

Así, cuenta que surgió la idea de hacer ‘Una noche con Vidán’, el programa que conduce, cada miércoles, en el canal digital Telepremier.

“Pensé mucho antes de hacer este formato de juntar varios invitados en una mesa. Durante un año me puse a ver programas de Argentina, Chile y Perú”, explica.

Y eso -añade- porque en el transcurso de 20 años trabajó tras cámaras, en la producción de programas, entre ellos, Max y los Wharevers, Soy el Mejor, Miss Mundo Ecuador y otros.

En el 2020 se estableció en Piñas, provincia de El Oro, tras cerrar la productora que había creado en el 2015, la que admite no funcionó como esperaba.

“Ahí arranqué en la conducción con un programa de entrevistas en mis redes sociales e hice en radio Élite de Piñas una revista matinal”, indica, hasta que llegó la pandemia.

Luego de acudir a ponerse la segunda dosis de las vacunas contra la COVID, cuenta que comenzó a sentirse mal y pensó que se había contagiado del virus, pero le hicieron exámenes y le detectaron el cáncer de pulmón.

“Fue muy difícil, quedé que no podía moverme, estuve cuatro meses acostado, casi no podía caminar. Me pusieron un catéter implantado  fijo en el pecho para hacerme las quimios, hasta ahora tengo una aguja en la vena”.

Esteban es diseñador de interiores, pero durante ese proceso, terminó su carrera de Ingeniería en Administración de Empresas.

“Decidí que en el dolor se puede ser feliz. Hice un concierto que tuvo mucha acogida y me ayudó a volver a Guayaquil. Pensé hacer el programa, pero me decía ¿quién me va a ver?, no soy Eduardo Andrade ni Carlos José Matamoros, que ya están posicionados”.

Con la idea en mente de 'Una noche con Vidán', expresa que comenzó a conseguir auspiciantes y salió al aire. Pero su primer programa inició con 'pito', ya que Carolina Jaume rechazó la invitación y se armó el alboroto, y la llamó "muchacha malcriada".

“No me gusta la polémica pero es inevitable. Hay preguntas fuertes, pero si no están de acuerdo, pueden responder o no, incluso levantarse e irse. Carolina era mi amiga personal por eso se la invitó”.

Su proceso de salud continúa y reconoce que muy pocas veces piensa que tiene una enfermedad. “El cincuenta por ciento de esto es anímico, pero elegí ser feliz y sonreír. Primero, hay que ser feliz uno, para poder darle felicidad a los demás”. 

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