Como pez en el agua, dice Iván Sánchez, vocalista del grupo Iván y sus Bam Band, que se siente en Ecuador, donde paradójicamente la cumbia suena más que en Colombia, cuna de este género tropical.

El cantante bogotano, de 54 años, está en Guayaquil para hacer “una nueva siembra musical”.

“Han sido dos años de muchas cosas, en los que perdí a mis padres durante la pandemia. Pero sentí que merece la pena volver y reactivar todo lo que he hecho en Ecuador”, comenta.

A pura cumbia

Iván y sus Bam Band surgió en 1995 y su éxito fue instantáneo, debido a que incorporó a la cumbia tradicional un sonido más moderno.

Reconoce que está sorprendido al ver la fuerza con que la cumbia suena en el país.

“Me doy cuenta de la riqueza de música que hicimos y que en Colombia, desafortunadamente, la han dejado solo para fin de año, mientras que en Ecuador funciona todo el tiempo”.

Y añade. “Me da tristeza porque somos los dueños de la cumbia, por eso aquí estoy como un pez en el agua”.

Iván explica que no se queda quieto y sigue grabando y haciendo nuevas canciones “Tengo mi propio estudio y aunque he hecho nuevos temas, sigo trabajando con el catálogo y las canciones que hicieron historia”.

Eso, agrega, es debido a que el público insiste en escuchar los éxitos como Traicionera, Solo un cigarro, La casa de Fernando, etc. “La gente persiste en lo tradicional y eso se respeta”, precisa.

También chicha

En el 2016 cuenta que hizo el tema Jugo de Borojó y el video lo grabó en Guayaquil, pero fue el año del terremoto y no pudo continuar con la promoción.

Actualmente, indica que en su país está muy pegado el reguetón y la música de despecho.

“Todos quieren esos géneros en la tarima y uno no puede pelear contra eso”.

De ahí que sus canciones ahora estén entre los formatos de cumbia y la raspa.

“La raspa es lo que ustedes le llaman chicha. La toco de una manera un poco distinta, porque mi característica es un sonido propio, pero en esencia es la misma raíz”.

Momentos difíciles

Iván llegó a vender más de dos millones de discos, recibió once discos de platino y siete de oro, pero con el éxito llegaron los problemas en su vida personal: se involucró con una de sus bailarinas, se divorció y se alejó por un tiempo de la música.

“Me amenazaron de muerte, me iban a matar”, confiesa sin querer dar más detalles.

Su regreso lo hizo participando en el reality La Voz Colombia, algo que generó muchas críticas, ya que él es un profesional reconocido. “No me podía quedar de brazos cruzados esperando que la gente me olvide. De eso se trata, que hablen bien o mal, pero que hablen”.

Pese a los comentarios negativos, dice que también lo hizo como un acto de amor con su hijo Juan David. “Quería que la gente conociera su talento, pero él no pudo competir porque era menor de edad y yo tuve que cumplir con Caracol, o si no me vetaban”.

Al momento, está interesado en reactivar su grupo, porque “es importante que la gente me vuelva a ver”.