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Farándula

Mamá de Michael Morales revela el lado oculto del peleador de la UFC
La judoca Katty Hurtado, madre del deportista ecuatoriano, narró cómo fue formar a Michael Morales para que hoy represente al país en la UFC
Detrás de cada campeón hay una historia de lucha silenciosa. En el caso de Michael Morales, peleador ecuatoriano de la UFC, esa figura es su madre: Katty Hurtado, una exjudoca de 48 años, que lo ha guiado desde niño por el camino del deporte. Hoy, mientras su hijo gana popularidad -y suspiros- en redes sociales, a ella también la conocen como “la suegra”, apodo que recibe con humor, pero con los pies en la tierra.
En conversación con EXTRA, Katty recuerda los momentos más duros que vivió para formar a un deportista de alto rendimiento, los valores que le inculcó y cómo imagina a la mujer que logre conquistar el corazón de su hijo.
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¿Quién es la mujer detrás de Michael Morales? ¿Cómo fue formarlo como deportista?
Soy una madre que, como muchas, ha hecho lo que su corazón le dictaba por el bien de sus hijos. No solo por Michael, también por los otros dos. Hasta los 10 años de Michael estuve con su papá, después me tocó sola. Pasé momentos duros, con gente que me dio la espalda cuando más necesitaba apoyo. Pero siempre les demostré a mis hijos que tienen a su mamá para todo.
Él parece serio, pero dicen que es risueño… ¿Cómo es en casa?
¡Es terrible! (risas). Igualito que sus hermanos. Pero siempre le recalco que debe tener los pies bien puestos sobre la tierra. Le digo que recuerde de dónde viene y que no se le suban los humos. Me insiste para que me vaya a vivir a Tijuana, pero mientras mis otros hijos estén aquí, no me voy.
¿Es de las mamás que llama constantemente y está ‘encima’ de los hijos?
¡Por supuesto! Con todo lo que pasa en nuestro país, los padres debemos estar más atentos que nunca. Siempre trabajé, pero aun así me los llevaba a todos lados. Hay que estar presentes, no solo para regañarlos, sino para conversar a tiempo cuando se desvían.
Hace poco hablaba de esa etapa en la que Michael quiso desviarse.
Sí. Hubo un tiempo en que no quería estudiar, todo le daba igual. Le dije: ‘Yo soy bachiller, tu papá también, ¿y tú qué vas a hacer?’. Lo que más le impactó fue cuando le recordé que es el ejemplo de sus hermanos. Desde entonces, se esfuerza por hacer las cosas bien, porque sabe que lo admiran. Y sí, muchas mujeres quieren comerse a Michael Morales (risas).
En redes sociales, Michael recibe muchos halagos y hasta propuestas amorosas. ¿Qué siente al ver que su hijo se ha convertido en un ‘crush’ para tanta gente?
Él está enfocado en decirme: “Mami, toma, aquí está el cinturón de campeón de peso wélter de la UFC”. Me enseña a no prestar atención a los comentarios. Me dice: “Mami, eso no te da de comer”. Los deportistas necesitan estar concentrados, sin distracciones. Hay que sacudirlos para que se enfoquen.

¿Cuántas novias le ha llevado Michael a la casa?
Una sola, y lo decepcionó. De ahí aprendió. Mis tres hijos saben que hasta que yo cumpla 50 no se pueden casar ni tener hijos (risas). Ya su corazón sabrá cuándo y con quién. Cuando eso pase, que la traiga, y que me la presente.
¿Cómo espera que sea la chica que enamore a su hijo?
Que lo quiera de verdad, con el corazón. No importa si me cae bien o mal, lo que importa es que lo ame. El corazón de una madre lo sabe... cuando algo no anda bien, lo presiente. Y cuando alguien es bueno, también.
¿Y si llegara con Gigi Mieles? ¿La aceptaría como nuera?
La conocí, es una chica tranquila. Le pregunté directo cómo era la cosa, y me dijo que todo era show. Conversamos. Pero sinceramente, no creo que sea el tipo de Michael ni él el de ella. Se ve atrevida, pero es más tranquila de lo que parece. Y no, no hay nada entre ellos.
¿Cómo fue protegerlo de los riesgos mientras crecía, como las pandillas?
Vivíamos en Pasaje, y en su colegio había chicos metidos en pandillas. Me daba miedo. Ya estaba en el deporte, así que lo tenía vigilado. Iba a verlo al receso, me lo llevaba al trabajo, se dormía en el escritorio, luego a entrenar y de vuelta a casa. Siempre pendiente.
¿Ha sido duro ser mamá de un deportista de alto nivel?
Muchísimo. Lo que más me duele es cuando me dice: “Mami, ya no puedo, voy a tirar la toalla”. Ahí me pongo más fuerte. He luchado tanto por él, y su entrenador en México lo ha dado todo. Hay mucha gente detrás y hago que recapacite. Pero cuando lo veo triste, me parte el alma.
¿Qué mensaje le daría a otras madres con hijos que sueñan con ser deportistas?
Que los apoyen. Aunque el deporte tenga riesgos, todos los caminos los tienen. Vayan a verlos entrenar, acompáñenlos a competir, anímenlos. Eso los llena. Ojalá haya más academias gratuitas para que los jóvenes no anden en la calle. Sin invertir mucho, mi hijo llegó hasta donde está. Hay que luchar por ellos, hasta que cumplan sus sueños.
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