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A María del Mar Proaño no le gusta estar sola, disfruta de la vida de hogar.Cortesía

María del Mar Proaño cree en el amor: quiere casarse por cuarta ocasión

Tras su divorcio, la diseñadora machaleña no pierde las esperanzas de encontrar a la persona indicada para formar el hogar que tanto anhela

Para la diseñadora María del Mar Proaño no hay cuarto malo. A sus 42 años, y tras haber vivido tres matrimonios -el último de ellos culminado en enero con un divorcio-, mantiene intacta la fe en el amor y en su anhelo más profundo: construir un hogar.

“Claro que me voy a volver a casar”, afirma sin titubeos. “Lo que pasa es que todavía no conozco ni al novio ni al esposo. Está en el futuro, en el limbo. Pero que me vuelva a casar, lo haré”, dice con una sonrisa segura.

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¿Por qué esa persistente búsqueda del amor? María del Mar responde sin rodeos: “No me gusta estar sola”.

La diseñadora se divorció en enero de este año.Cortesía

Ha amado, perdonado y también ha sabido marcharse cuando ha sido infeliz

Ha amado, perdonado y también ha sabido marcharse cuando la felicidad comenzó a desvanecerse. “Yo no sirvo para sufrir. Cuando empiezo a ser muy infeliz, simplemente me retiro. Me rehúso a ser infeliz”, sentencia.

Las heridas no han sido pocas. Ha enfrentado infidelidades y traiciones, no solo de parejas, sino también de amigas cercanas. Aun así, su deseo permanece firme: “Mi sueño es tener un hogar, una familia. Sí, lo económico importa, pero lo que más quiero es una persona buena, que me consienta, que sea fiel, que sea mi amigo, mi compinche, que me apoye en todo”.

"Me encanta el hogar, me encanta cocinar, celebrar cenas"María del Mar Proaño
​Diseñadora

Madre de un joven de 23 años, María del Mar no ha perdido la esperanza de encontrar ese vínculo sólido que aún no ha llegado.

Una mujer de valores tradicionales

Nacida en Machala, con más de 15 años de trayectoria en el diseño, se define como una mujer de valores tradicionales, marcados por la crianza que recibió de su madre y su abuela. “Me encanta el hogar, me encanta cocinar, celebrar cenas. Tengo ese lado de ama de casa súper metido. Me gusta cuidar a mi pareja”, confiesa.

Aunque admite estar completamente sola en este momento, no se siente derrotada. Tiene pretendientes, mantiene una vida social activa, pero no está dispuesta a conformarse con menos que el amor verdadero. “No quiero a alguien por un mes o dos. Quiero algo en serio. Quiero alguien con quien envejecer, con quien levantarme cada día, a quien atender, con quien construir algo bonito”, dice.

Para María del Mar, el amor no se mide por los fracasos, sino por el valor de volver a intentarlo.

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