Al asambleísta Mario Ruiz casito le da un ‘yeyo’ al ver una publicación suya en Twitter. “El pueblo de Ungria tiene derecho a vivir en paz expulsando todo tipo de fascismo...” (sic), decía en la cuenta del representante de Pachakutik.

Pero aquella ‘burrada’ no fue escrita por el legislador, explica él. Fue su equipo de comunicación el responsable de ese mensaje que hizo que Ruiz fuera ‘tildado’ hasta de “analfabeto”.

Sin embargo, el único error que asegura haber cometido fue viajar a su tierra, Imbabura, y desconectarse del teléfono móvil. “Tengo dos hijas y siempre me reclaman que no les doy tiempo y por eso decidí dejar a un lado el celular”, asegura.

Esto ocurrió el viernes pasado, cuando Ruiz quiso expresar su solidaridad con Ucrania por la situación bélica que enfrenta. Pero no fue hasta la mañana del sábado cuando el parlamentario se enteró de la tremenda ‘metida de pata’ de sus colaboradores.

“La chica (colaboradora de su equipo) me dijo: ‘Nos dimos cuenta enseguida. El tuit con el error no estuvo publicado más de diez minutos’”, revela Ruiz.

Pero ese tiempo fue suficiente para que sus detractores hicieran capturas y lo atacaran en redes. “Hasta me volví tendencia”.

Aunque el asambleísta estaba furioso, entendió que fue una equivocación sin mala intención y disculpó al personal.

“Yo he escrito algunos libros, era profesor universitario y comprendo que somos humanos. Lo importante es seguirse preparando”, sostiene.

Con apoyo

Marcos Molina, del partido Izquierda Democrática, opina que un error lo puede cometer cualquiera y que no se debe juzgar a una persona por estas situaciones.

Para él, los parlamentarios tratan de estar al día en los temas coyunturales, para evitar así un mal momento. Molina, por ejemplo, ha revisado con detenimiento el conflicto que actualmente enfrenta a Ucrania y Rusia y cómo afecta, indirectamente, a la economía del país.