A sus 34 años, Karina Paola Solís Ramos es mucho más que una figura viral. Nacida en Tonchigüe, Esmeraldas, es madre de dos hijos, emprendedora, actriz y creadora de contenido con más de 200 mil seguidores entre TikTok e Instagram.

Lleva 12 años radicada en Guayaquil, ciudad a la que llegó “hipnotizada por el amor” y donde ha sabido construir una vida cargada de humor, sabor y autenticidad.

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“Yo llegué sola, sin mamá ni papá, y aprendí a ser madre”, cuenta Karina a EXTRA, al hablar de sus dos hijos: Luciana, de 10 años, y Gianluca, de 7, que tuvo con un santodomingueño a quien conoció por redes y con quien decidió establecerse en Guayaquil.

La búsqueda de trabajo la impulsó a emprender y a crear contenido en redes. Actualmente es conocida como ‘La Parienta’, un apodo que la identifica y la acerca a su público, porque en su tierra “así no seamos familia, todos somos parientes”, dice con un escaso dejo esmeraldeño que solo saca al momento de hacer sus videos.

El humor como puente cultural

Karina empezó en las redes sociales casi por accidente. Un sencillo y emotivo video en el cual había juntado varias fotos de Efraín Ruales, tras su muerte en enero del 2021, fue el impulso que le dio la red social Tik Tok.

Lejos de desaprovechar el momento, siguió con otro reel, en el que empezó a interactuar con sus seguidores. “Hice el video donde enseñaba a poner una media de nylon en la llave, para filtrar la suciedad, después ya me lancé con más contenido que había creado y guardado desde el 2020, durante la época de pandemia, en que aprendí varias cosas, entre ellas a preparar loncheras saludables”, dice Solís.

Cuando el número de seguidores empezó a crecer, decidió mostrarles lo que mejor sabe hacer: actuar, parodiar y contar historias cotidianas con humor, muchas veces desde el filtro de la cultura afroesmeraldeña.

“Yo actúo desde hace tiempo, estudié teatro tres años con Johnny Shapiro y Ney Calderón. Aunque no me gradué, aprendí mucho. Y lo mío es hacer reír, pero también dejar un mensaje”, afirma ‘La parienta’, quien actuó en las tres temporadas de la serie de TC, Cuatro cuartos, en 2017.

En sus videos se transforma en personajes con los que cualquier esmeraldeño puede identificarse, con sus dichos, su sabor y su manera muy particular de ver la vida.

Aunque en la vida diaria habla con dicción neutra, en sus contenidos despliega con orgullo el habla esmeraldeña. “La gente tiene el concepto de que nosotros hablamos mal, pero no es así. Yo estudié y sé cómo dirigirme. Pero también soy fiel a mi esencia. Y cuando me contratan para hacer publicidad me dicen: ‘Sé tú misma. Queremos a la parienta’. Y yo feliz”, explica sonriente.

De los chistes a las loncheras saludables

Además de hacer reír, Karina ha sabido construir un emprendimiento sólido a partir de otra necesidad: alimentar bien a sus hijos. De ahí surgió, hace 5 años, la idea de vender loncheras y los accesorios necesarios para armarlas.

“Empecé preparándole las loncheras a mi hija, y la gente me preguntaba dónde las había comprado… hasta que me animé a venderlas. Me daba miedo al inicio, pero como digo yo: el que no se tira al río, no sabe si se ahoga o cruza”, asegura.

Hoy, tras casi cinco años, su tienda virtual de loncheras es también una plataforma de educación para otras madres. Desde sus redes comparte recetas saludables para las loncheras de los chicos, así como trucos y formas de aprovechar al máximo lo que hay en casa.

“Una banana negrita no se bota. Con eso haces un pastel delicioso. Enseño eso: que con poco se puede hacer mucho. No soy nutricionista, pero me alío con especialistas para educar a las mamás”, asegura.

‘La oveja negra de la familia’

Karina no solo visibiliza con orgullo su cultura, sino también su herencia afro. Su padre es afroesmeraldeño y su madre, aunque nació en la llamada Tierra Verde, tiene ascendencia manabita. Solís se identifica como “la oveja negra de la familia”.

“Literal. Somos cuatro hermanos, un varón y tres mujeres, soy la segunda y la única negra. Pero eso nunca fue algo que me hiciera sentir menos, al contrario, me hace única. Y en mis redes muestro eso: que ser negra, ser esmeraldeña, ser mamá, todo eso es parte de lo que me hace fuerte”.

No ha considerado regresar a Esmeraldas, aunque ama su tierra. “Uno quiere lo mejor para sus hijos, y sabemos cómo están las condiciones allá. Por eso me quedo en Guayaquil, aquí encontré oportunidades y un público que me quiere”, sostiene.

Hacer reír, pero también dejar un mensaje

Karina tiene claro su propósito: hacer reír, pero también dejar un mensaje. Quiere que sus seguidores vean que sí se puede: emprender, criar hijos, crear contenido y ser afrodescendiente sin perder la esencia. “Quiero que la gente se ría conmigo, pero también que aprenda algo”.

Además, ha encontrado otra fuente de ingresos en la venta de suplementos naturales y bebidas energéticas, lo que le permite trabajar desde casa y pasar más tiempo con sus hijos.

“Ya me acostumbré a ser independiente. Puedo estar en el baño y sigo facturando. Eso es lo bueno de este negocio: tú manejas tu tiempo”, asegura entre risas. En el 2013 fue presentadora en un espacio de entretenimiento, en un canal en Same, trabajo que le daba tiempo para laborar en una ferretería.

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