Por medio de su amigo, el actor Francisco Pinoargotti, el guionista y humorista Pedro Ortiz conoció en 2005 al actor mexicano Édgar Vivar, recordado por sus personajes de Ñoño y el Señor Barriga en la serie El Chavo del 8. El encuentro ocurrió en Guayaquil, cuando Vivar formaba parte de un circo que estaba de gira por la ciudad.

Pedro lo visitó junto a Pinoargotti en el hotel Hilton Colón, donde se hospedaba el actor. Fue en el lobby donde lo saludó con un abrazo, pero Vivar, con su buen humor, le respondió apartándolo un poco y tomándolo de los cachetes: “¿A quién te me pareces, hijo? Te me pareces mucho a alguien que recuerdo, un poco más joven”, le dijo, haciendo referencia a sí mismo.

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Así lo contó Pedro a EXTRA, a propósito de la polémica serie Chespirito: Sin querer queriendo, que ha despertado nuevos comentarios sobre la vida de los actores de El Chavo del 8.

Después del encuentro, los tres fueron a un restaurante. Allí, fiel a su estilo, Vivar bromeó con el mesero: “¿Me traes una porción tipo Ñoño?”

Aunque se trataba de un local italiano bastante fino, les sirvieron porciones más bien gourmet. Pedro se sintió un poco incómodo porque el mesero no captó la indirecta: con “porción tipo Ñoño”, Vivar pedía una porción ‘tuca’.

Édgar Vivar tomó con Pedro Ortiz y Francisco Pinoargotti

Luego de la comida, pasearon por el centro de Guayaquil y regresaron al hotel, donde pidieron unos tragos. “Se nos pasó la mano”.

“Fuimos un poquito rockstars, por decirlo de alguna manera, aunque todo tranquilo porque estábamos en el lobby, en un rincón, tomando. Después, entre risas, caminata errática y ayudándolo a llegar al ascensor y a su habitación... había que dejarlo seguro después de la farra”.

Aquella anécdota la atesora como uno de los mejores recuerdos de su vida. Sin embargo, “nadie me creía porque no había ni media foto de eso. La verdad es que, como dice Bad Bunny: ‘Lo mejor nunca se sube’. Se nos pasó porque fue tan natural y la conversación tan fluida”.

Los secretos del elenco de 'El Chavo del 8'

Durante aquella charla, Pedro le preguntó sobre el elenco de El Chavo del 8, conocido como La Vecindad.

“Me dijo que era doctor y el más joven del grupo. Contó que el único que tenía permiso para improvisar era Ramón Valdés. Todo lo demás estaba estrictamente escrito porque Roberto Gómez Bolaños era obsesivo con los guiones”.

Una de las preguntas que más le costó hacer, pero que finalmente lanzó, fue sobre cómo se mantenía económicamente después de alejarse de la actuación. La respuesta lo sorprendió: “¿Sabes qué? Escribo, dirijo a veces, pero mi principal ingreso viene de unas propiedades. Con lo que gané en la actuación compré bienes raíces y vivo de las rentas. Así que, al final, el Señor Barriga sí era un Señor Barriga en la vida real”, le dijo entre risas.

Una semana después, Pedro y Francisco volvieron a visitarlo. Esta vez, Édgar Vivar los recibió en el penthouse del hotel, donde compartieron una pizza. El único testigo de todo aquello sigue siendo su amigo Francisco.

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