Aunque era la primera vez de Jessy Silva en un certamen de belleza, ella se llevó a casa la corona. La chica, de 21 años, se convirtió en la nueva Reina de la Provincia de Pichincha.

Con el traje típico que llevó durante la gala, realizada en Quito la noche del jueves, realmente se lució. Era un conjunto con miles de plumas, cuentas de colores y, en la falda, -al abrirla- se distinguía un nevado. Alquilarlo le costó 500 dólares, pero valió la pena. Era parte de la estrategia para ganar el reinado.

En cuanto Silva decidió participar se contactó con una exsoberana de Pichincha para que le recomendara un asesor. Édwin Espín se encargó de prepararla, maquillarla y hasta diseñarle el vestido. “Él es de Riobamba, yo iba o él venía... Desde chiquita quería ser reina, ahora voy a cumplir este sueño”, mencionó. Lo primero que hizo al escuchar su nombre como ganadora del certamen fue agradecer a Dios y a su madre que la acompañaron paso a paso. También a su abuelita “que es un ángel en el cielo”.

La corte de honor

Kerly Jurado también tiene un ‘guardián’. La joven, que durante la gala se convirtió en Virreina de la provincia, hace más de una década perdió a su padre. “Él estaría muy orgulloso”, recordó la chica, de 22 años. Fue precisamente su progenitor que la llevó a su primer reinado. Era en una liga barrial y, aunque pasó pidiéndole que se parara recta, ella recuerda ese día con cariño. Esta vez fue con su madre. Para Jurado no existe mejor asesora que el ser que le dio la vida. “Me decía que no le dé tantas vueltas a la pregunta, que conteste despacio para que fluyan las ideas”, agrega.

Michelle Lagos y Magaly Guerra también forman parte de la corte de honor. La primera se convirtió en Señorita Pichincha, mientras que la segunda se llevó la banda como Señorita Cultura y Turismo.

Durante la ceremonia, la Fundación Reina de la Provincia de Pichincha también aprovechó para elegir a su corte infantil. Cinco nenas desfilaron en el escenario y cada una alcanzó un reconocimiento.