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La verdad del polémico beso entre Rivers y Crystal Molly, streamers afectadas por IA
Rivers y Crystal Molly rompen el silencio: la desinformación impactó incluso a sus familias, generando polémica en redes
En un nuevo capítulo de los peligros del uso irresponsable de la inteligencia artificial, las populares streamers Rivers y Crystal Molly fueron víctimas de un video falso que se volvió viral en redes sociales. El clip mostraba a ambas creadoras de contenido en una situación íntima que nunca ocurrió en la realidad. Las imágenes, generadas mediante técnicas de IA, no solo engañaron a miles de usuarios, sino que incluso generaron dudas en el entorno cercano de las afectadas.
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La conversación entre ambas streamers, ocurrida en una transmisión de Twitch, dejó al descubierto no solo el daño reputacional que pueden generar estos montajes, sino también el desconocimiento generalizado sobre los límites actuales de la tecnología. El tono del diálogo fue informal, pero el trasfondo, sin duda, revela una problemática mucho más seria.
¿Cómo reaccionaron las streamers al video falso?
Rivers fue la primera en abordar el tema públicamente, revelando que incluso su madre creyó que el video era real. “Mi jefa me envió en la mañana el pinche video que hiciste, güey. Me preguntó que si era verdad. Estaba toda alterada, güey, por tus mierdas”, relató en tono de sorpresa y molestia. Crystal Molly, por su parte, respondió: “Yo no lo edité, amiga. Lo editaron pues mis editores y nada más lo suben y así”, intentando deslindarse de la autoría del contenido.
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Ambas reconocieron que no sabían inicialmente de qué video estaban hablando, lo cual da cuenta de la cantidad de material alterado que circula hoy en día con su imagen. Al parecer, uno de los videos mostraba a ambas besándose, lo que generó más confusión y malentendidos. “¡Ay, que salimos besándonos! ¡Pendeja, pussy, güey! ¡Ay, ya sé cuál! ¡No, no, no! ¡Indécil! ¡Ese yo no lo hice! ¿Quién sabe quién lo hizo?”, exclamó Molly entre risas nerviosas y resignación.

El uso de inteligencia artificial para crear deepfakes —imágenes o videos hiperrealistas manipulados— ya ha sido tema de controversia en el pasado. Pero cuando el contenido apela a cuestiones personales y emocionales, como la orientación sexual o relaciones afectivas, el impacto es todavía mayor. En este caso, Rivers explicó que su madre —que suele ver contenido emotivo con “historias de gatitos y cositas así”— no comprendía que un video podía ser generado por computadora. “Se pasan de verga con la inteligencia artificial, gente. Están viendo que todavía hay generaciones que no entienden que se puede hacer eso y todos se lo creen”, sentenció en vivo.
¿Qué responsabilidad tienen los creadores y las plataformas?
Uno de los puntos más discutidos en este intercambio fue la falta de control que incluso los propios influencers tienen sobre el contenido que aparece en sus canales. Molly admitió que fue su editor quien colocó un recorte de Rivers en un video con motivo del mes del orgullo LGBT, sin que ella lo aprobara directamente. Rivers entendió la confusión, pero enfatizó que esto causó malentendidos innecesarios con su familia.
Este episodio evidencia cómo los creadores de contenido pueden ser víctimas tanto de manipulaciones externas como de una cadena interna de errores. En plataformas como Twitch, Twitter o TikTok, donde el contenido se mueve velozmente y la verificación es mínima, basta con un montaje bien hecho para poner en duda la credibilidad de alguien.
Los siguientes factores contribuyeron al alcance y daño del video falso:
- Uso de IA sin consentimiento ni control
- Difusión masiva en redes sin verificación
- Poca alfabetización digital en ciertas generaciones
- Ambigüedad de los contenidos originales publicados por editores ajenos
Por ahora, ninguna de las dos ha anunciado acciones legales o formales, pero sí dejaron claro su hartazgo ante este tipo de situaciones. En medio de la conversación, incluso bromearon con la idea de que alguien “correría al editor” responsable de uno de los clips, aunque quedó como comentario al paso.
Este caso no es aislado. Conforme avanza la tecnología, los contenidos creados por inteligencia artificial serán cada vez más difíciles de distinguir de los reales. Y si bien algunos los usan como memes o bromas inofensivas, el riesgo de desinformación, manipulación emocional y daño a la reputación es enorme.
La conversación entre Rivers y Crystal Molly puede haber sido espontánea y llena de jerga coloquial, pero su mensaje es claro: hay que tomar en serio el uso de la IA, especialmente cuando afecta la imagen y vida privada de las personas reales.
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