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Farándula

Polo Baquerizo está incursionando en el mundo de las redes sociales, es complicado, pero lo hace con cariño.Gerardo Menoscal / EXTRA

¿Por qué Polo Baquerizo no aceptó  participar en Masterchef Celebrity Ecuador?

El expresentador de ‘Haga negocio conmigo’ dice que hubiese estado haciendo "chacota" en el realiy de cocina. Dice que ahora está en la edad erótica

Cuando le preguntan cuántos años tiene, responde entre risas que está en la “edad erótica”. Tiene 69 años. Inmediatamente recalca que de esos, 55 los ha vivido en el mundo de la comunicación social. El expresentador de Haga negocio conmigo, Polo Baquerizo, agradece a quienes lo acompañaron en este largo camino, que no inició la televisión, sino en la radio.

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A sus 14 años le dieron su primer ‘camello’ como locutor. Pasó por Radio El Tiempo, Radio Continental, Radio Suceso, Radio Mambo, Radio Espectáculo, Radio Alegría, Radio Sucre y Radio Acción, esta última de su propiedad antes de venderla.

Polo Baquerizo reveló que sí recibió la propuesta de MasterChef Celebrity EcuadorGerardo Menoscal / EXTRA

No fue hasta el 15 de abril de 1976 que TC Televisión lo convirtió en el animador del programa concurso que lo catapultó a la fama. Rompió los estándares de vestimenta de los presentadores y fue criticado por ello, pero lo que verdaderamente le importaba a Leopoldo Bechara Ottón Eloy Osvaldo Baquerizo Adum era mostrarse tal y como era, sin filtros.

En una entrevista con EXTRA, el Eterno perdedor -como lo llamaba el público- reveló varios detalles de su vida. Incluso habló de las razones por las que se negó a aceptar un proyecto en Teleamazonas.

Está incursionando en las redes sociales, ¿qué tan difícil es?

Complicadísimo. Aún no entiendo muchas cosas de esto (señala el celular), pero a veces subo mis videos. Mis hijos me han dicho que haga contenido y monetice, pero no sé. Hay que pensar bien las cosas, tener una idea clara y hacerlo bien. Aún no me decido, me cuesta un poco. No me veo grabando todo lo que hago, no me gusta eso.

¿Usted valora mucho la privacidad, cierto?

Muchísimo, a tal punto que los de la farándula ni bola me dan porque no les doy contenido, no ando en el chisme ni en nada. En eso he sido muy reservado, tanto así que, de joven, terminaba el colegio o el trabajo y me iba a casa. Mi papá me decía que el día que me casara sería con alguien llamada Soledad porque nunca salía.

En un feriado, salí del trabajo y me aventuré a ir a Salinas. Eran las 23:00 y me comencé a despedir de mi tía. Me preguntó si me iba a la discoteca y le dije que no, que me regresaba a Guayaquil. Me vine y pasé el feriado tranquilo en mi casa, con total calma.

Eso es interesante porque habían personajes de la época dorada de la TV que tenían vicios: mujeres, alcohol… ¿Cuál es el suyo?

Mi trabajo y mi casa. Yo me puedo quedar solo y disfruto estar en mi casa. Cuando salía, era para ir al cine, eso sí me gusta. Pero discotecas… rara vez. La discoteca no hacía negocio conmigo porque yo no tomo.

¿Qué le gusta bailar?

De todo. Me gusta la balada, el bolero, el tango, el jazz, todos los géneros, y por supuesto la música ecuatoriana. Pero esas de cortarse las venas, no. El vallenato, uno o dos, pero tampoco mucho.

Hay exponentes de la TV que, aunque ya no estén al aire, siguen en la mente de los televidentes. En ese caso, tenemos a Don Alfonso y a usted. ¿Qué opina de eso?

Hablar de uno mismo no es bueno. Me dicen que las nuevas generaciones no me conocen, pero es algo que no me explico. Muchos jóvenes me piden fotos y eso me impresiona. Doy gracias a Dios porque pude trabajar en lo que me ha gustado.

Quise ser sacerdote, quise ser abogado. Estudié leyes, pero lo dejé para estudiar periodismo.

¿Discernió esa vocación?

No, yo era ‘pelado’. Me levantaba a misa a las 05:00 en la iglesia San José. Soy creyente, no me he alejado, pero ando en una etapa en la que no sé. Mi mujer me decía que fuera al santuario y le dije que cuando nos casamos dijeron que éramos uno solo. Entonces, si ella iba al santuario, era como que fuéramos los dos. Me respondió que no, que el día que nos juzguen, no nos van a juzgar en combo. (Risas).

¿Extraña el cariño del público en TV?

No lo extraño, porque es como si estuviera aún en el canal, con programa y todo. El soporte y el oxígeno mío es la gente. No sé qué ven en mí. Si me equivoco, me disculparán y perdón. Ganarse el cariño del público es especial. Ellos podrán tomarse una foto para subirla a redes o ponerla en un cuadro, pero para mí es un privilegio.

Si lo llaman a un programa de TV, ¿aceptaría?

Aceptar es lo más fácil, pero depende del programa. Haga negocio conmigo, por ejemplo, hacerlo bajo las circunstancias actuales es complicado, sobre todo por el tema de seguridad.

Lo querían en MasterChef Celebrity Ecuador, incluso lo invitaron a Colombia. ¿Por qué no aceptó?

No fui por un tema de salud. Irme a las alturas no puedo. Me hubiese encantado. Hacía chacota, pero no sé cocinar nada. Creo que a la primera o segunda me botaban. Si me piden distinguir una hierba de otra, a duras penas. Un huevo frito, un pedazo de carne con sal y ya está.

Hace un par de años tenía hambre y me encontré un pedazo de carne. Puse un sartén, aceite, le eché sal, pimienta y un polvito amarillo que ni sé cómo se llama. Después vi en un programa que le tiraban orégano a todo y le puse al final. Sentía que le faltaba algo, así que le puse dos huevos cuando casi estaba lista. Me salió deliciosa, pero eso no es MasterChef, eso fue por accidente.

Polo Baquerizo fue conductor del programa concurso Haga Negocio ConmigoArchivo / Extra

La creatividad no le faltó y eso también es bueno…

Un día hice un encebollado de pollo. Es ‘pepe’, no se rían, es inventado. La fórmula no sé, pero lo hago. A la final, me iba a poner a discutir con el chef colombiano Rausch. Imagínese, pararme al lado de él… quedaríamos como la caricatura Benitín y Eneas, se ve que es enérgico.

¿Qué le diría a su público que lo sigue desde sus inicios o a quienes le guardan cariño?

A la gente que ha tenido la bondad de acompañarme estos 55 años o a quienes me siguen en redes, aunque no sepa mucho de eso, les agradezco. Quiero rendirle homenaje a todos los comunicadores sociales, porque este trabajo es bonito. El día que sientan que les fastidia, deben retirarse. Yo no me retiré, me retiraron. Que no es lo mismo, ni suena igual. Quiero agradecer a todos los dueños de radios, a quienes me permitieron mostrar lo único a lo que me dediqué. Gracias a los que me toman en cuenta, aunque no les dé contenido.

Polito, despídanos con su tradicional frase.

La una es: “Nos vemos en un momento”. Pero la otra, cuando me despedía del programa en sí, era de agradecimiento y es la que ahora pega: Sobre todo y ante todo, disfruten de lo mejor de la vida. Dios les pague. Chao, Ecuador. (Se le quiebra la voz).

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