Exclusivo
Farándula

Sebastián Moncayo, actor quiteño de Chespirito: “Siento el cariño de todo el Ecuador”
El actor ecuatoriano Sebastián Moncayo, tiene 25 años de carrera artística y siempre viene de visita a Ecuador. Él cuenta su experiencia en la serie
La serie Chespirito: Sin querer queriendo tiene cuota ecuatoriana. El actor quiteño Sebastián Moncayo interpreta a Ernesto Figueras, el magnate y dueño de una poderosa cadena televisiva mexicana, quien se convirtió en el jefe de Roberto Gómez Bolaños.
A los 16 años, Sebastián tuvo que mudarse de país. Su papá fue designado como cónsul de Ecuador en México, allá se graduó de comunicador social, estudió actuación, se casó, formó una familia y actualmente tiene una trayectoria de 25 años como actor.
(Lea también: Sebastián Moncayo: Este es el actor ecuatoriano de 'Chespirito: Sin querer queriendo')
En entrevista con EXTRA, el actor cuenta cómo aquella producción lo hizo acercar más a su país y recibir el cariño de los ecuatorianos, del que está, profundamente agradecido.
- ¿Cómo llega este proyecto a usted?
Esta es una producción que generó muchas expectativas en México desde hace bastante tiempo. Ya se habían hecho algunos castings, búsquedas que se fueron dando, y tuve la oportunidad de estar en alguna de ellas, pero por compromisos de trabajo no pude asistir a uno que era muy importante. Dije: “Ni modo, no se dio, no pude, era algo que estaba buscando, pero ni hablar”. Curiosamente, me llamaron muy poco antes de iniciar el proyecto para hacer este personaje.
Te estoy diciendo que este es un proyecto para el que casteó todo el mundo, porque es muy grande, un casting del que todos hablaban. Conozco muchísimos actores que participaron, que estuvieron muy cerca del proceso para varios personajes, esperaron mucho tiempo, pasaron muchos filtros, vivieron mucha emoción. Y a mí me sucedió de una forma más orgánica.

- ¿Pero lo hizo?
Sí, estuve y lo hice. Una semana después tuve la buena noticia, una gran noticia que recibí con gritos en el vestidor de mi casa.
- ¿Cuándo se comenzó a grabar este proyecto?
Todo lo que fue la preproducción, el diseño de imagen y ese tipo de temas se dio a finales de 2023. A principios de 2024 comenzamos con las grabaciones, hasta mayo. Fueron varios meses, y luego estuvimos esperando pacientemente que saliera al aire, porque el tema estaba terminado desde hace bastante tiempo.
La serie fue hecha con mucho cuidado: desde los textos, los días de trabajo, hasta las escenas, que siempre fueron muy bien tratadas. No podía ser la excepción el día del estreno, ya que en posproducción el producto tuvo muchísimo trabajo.
- ¿Cómo llega Chespirito a su vida? ¿Recuerda cómo lo conoció, quizá en la televisión?
Es curioso, porque yo, como cualquier ecuatoriano nacido en los 70, crecí con Chespirito como parte de nuestra vida diaria en familia. Muchos lo veíamos en horarios en los que toda la familia se reunía: unos más niños, otros más grandes, y veíamos El Chapulín Colorado, El Chavo del 8, todo el contenido hecho por Roberto Gómez Bolaños. Así lo conocí, como espectador.
Después tuve la oportunidad de conocerlo al principio de mi carrera, cuando estudiaba. Tuve la suerte de que nos dirigiera en un proyecto que hicimos en la escuela de teatro. Y ahora, conocerlo desde esta nueva perspectiva en la serie, generando una realidad en donde él es la parte fundamental, ha sido muy especial.
- ¿Cómo fue estar en una obra dirigida por Roberto Gómez Bolaños?
Fue estar con una leyenda. Tuve la suerte de estudiar en Televisa, en el Centro de Estudios Artísticos, que es una gran escuela con grandes maestros. Pero también teníamos estos regalos: conocer a grandes personajes. Hay una fundación que se llama Teletón, aquí en México, y nosotros hicimos una presentación para abrir todo lo publicitario y recaudar fondos en 1998 o 1999.

Ese sketch, ese opening de ceremonia, lo dirigió y organizó él. Entonces, todos estábamos con la expectativa de que iba a llegar el señor Gómez Bolaños… y sí, llegó. Un personaje tal como me lo había imaginado: sencillo, agradable, de buen trato, de buena mirada, liviano. Conocer a un ícono de esa manera, como una persona normal, es la forma más bonita de cristalizar este tipo de momentos.
- Tiene una carrera consolidada en México, pero muchos no sabían que usted es quiteño.
Es nuevo. Voy a cumplir 25 años dedicándome a la comunicación y, por mi inicio y la manera en que llegué a este país, realmente siempre lo viví como un mexicano. Estudié una carrera en Ciencias de la Comunicación, y luego la vida me llevó a estudiar actuación y vincularme al medio. Pero todo lo hice desde aquí. Jamás fui alguien que viajó desde Ecuador específicamente a buscar una carrera en el extranjero. No, no, no. Yo viví aquí, hice mi vida aquí, y la vida me llevó por este camino. Tal vez por eso nunca vinculé mi trabajo con mi país de origen.
Toda mi familia es ecuatoriana. Aquí en México viven dos hermanos míos: uno en Veracruz y otro en Ciudad de México.
- ¿Cómo ha recibido ese cariño de sus compatriotas?
Siempre viajo a Ecuador por mis primos, mis tíos. Saco mi bandera cuando juega la selección, tengo todo arraigado de mi país. Pero profesionalmente nunca se me ocurrió vincularlo, porque no traté de compaginar mi carrera con mi vida. Este proyecto de Chespirito lo hizo de forma orgánica, y la receptividad que tuve fue maravillosa, un apoyo muy, muy especial.
Siento realmente el cariño de todo el Ecuador. La gente se ha volcado a buscar medios y formas de felicitarme, de decirme que están orgullosos. Fue algo que no busqué con esta producción, pero que, al darse, me ha hecho sentir apreciado de una forma en que nunca antes lo había sentido. Por un grupo de gente que es mi sangre. Es especial, es nuevo, y absolutamente disfrutable. Lo vivo con mucha humildad, porque creo que esta participación en Chespirito es parte de mi carrera, y recibir tanto cariño por algo que hago con gusto, no sé si realmente lo merezca, pero lo agradezco definitivamente.
- Nació en Ecuador, pero México lo adoptó...
Así es como me siento. Soy mexicano porque estoy naturalizado, pero ecuatoriano de nacimiento y de sangre. Nunca he dejado de ser ecuatoriano, para nada. Te cuento cosas que te van a sonar cercanas: comemos fanesca en Semana Santa, celebramos las Fiestas de Quito en diciembre. Mi esposa e hijos conocen Ecuador y sus playas; hemos vacacionado allá con regularidad. Tienen muy arraigado en ellos el sentimiento de que llevan sangre ecuatoriana. Somos una familia ecuatoriano-mexicana.
- ¿Hace cuánto no viene a Ecuador? ¿Lo tendremos pronto por acá, después de la serie?
Hay un tema como consecuencia de esta serie que probablemente me lleve a Ecuador pronto. Siempre condiciono mis viajes a temas de trabajo; nunca he cancelado un solo proyecto, siempre le he dado prioridad a mi carrera. Ahora tengo un compromiso dentro de Televisa en el que estoy participando. Estoy esperando, con mucha emoción y esperanza, que nos confirmen una segunda temporada. Si eso sucede, habrá que organizar el tiempo y ver si mi participación es requerida. Pero sí, pienso ir a Ecuador en esta segunda parte del año.

El año pasado fui por 21 días. El motivo, o la excusa, del viaje fue enseñarle Ecuador a mi esposa, y curiosamente fue la primera vez que lo conocí de manera turística, porque siempre era yo quien lo mostraba a los demás. Esta vez fue distinto, y me dejé sorprender.
¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡Suscríbete aquí!