Cuando un artista dice que se lo puede conocer a través de su canciones puede ser considerado como un cliché, y a veces, algo que no es tan cierto. Pero en Sebastián Yatra todo coincide y solo basta que juntar las pistas para saber que todo lo que dice y hace es consecuente.

Así se evidencia en su tour Dharma, mismo que retoma el nombre de su disco homónimo de 10 canciones. Esta palabra de origen sánscrita marca directamente la forma en la que ve la vida el artista paisa. Significa ‘ley religiosa’ o ‘conducta piadosa correcta’ e involucra un apego a las religiones asiáticas como el budismo y el hinduismo. Para vivirlo hay que hacer meditación y a saber que lo importante es compartir. Y Yatra practica ambas. Antes de cada show, y como lo publicó en sus historias de Instagram antes del concierto. Y también de la forma en la que salta al escenario en esta serie de conciertos que lo ha llevado por España, Estados Unidos y América Latina.

Una especie de rueda del dharma chakra es lo que se proyectó en las pantallas al inicio del espectáculo, iluminando a las 21:00 la explanada de El Dorado el sábado 22 de octubre. Así fue como los guayaquileños vieron nuevamente a Sebastián luego de tres años de ausencia.

Horas antes, cuando se abrieron las puertas al espectáculo a las 18:00, el cielo de Guayaquil y Daule tuvo un particular color dorado, muy similar al que luce la portada del disco que interpretó el artista en vivo.

Al estilo del vídeo de Melancólicos anónimos, y vestido con una capucha, apareció ante las 6500 personas que llegaron al recinto que comienza a tomar popularidad para este tipo de eventos.

Luego vieron canciones como Modo avión, Sutra, Por perro y Tacones rojos. Esta última la favorita de la mayoría de fans más jóvenes. El tema fue publicado en 2021 y supera las 350 millones de reproducciones en Spotify, lugar en donde las familias escuchan a diario al colombiano. Como es el caso de María Emilia Medina, que como fanática del músico ha usado el tema para sus competencias de patinaje. Ella asistió con sus padres. Otro caso similar fue el de Sofía Ruiz, quien llegó desde Huaquillas. Junto a su papá Diego vistieron camisetas iguales con la leyenda “Vengo con mi chica ideal”. “Yatra es mi artista favorito de toda la vida”, dijo la emocionada la pequeña de 10 años.

Este encuentro musical no tuvo mayores contratiempos. Empezó puntual con la participación del artista nacional Ren Kai, quien demostró tener un espectáculo de primera en compañía de sus bailarines. Un punto a resaltar, y que logró mantener el orden del sitio fue el trabajo de la seguridad privada. En la localidad Fan, un mal elemento del equipo empezó a recibir coimas para trasladar al público a una localidad más adelante pero el jefe del equipo actuó rápidamente y lo separó de ese espacio. Bien por ello. Era un sitio lleno de menores de edad y la seguridad y el respeto debe primar ante todo.

Sobre el escenario Sebastián Yatra brilló y bailó con su particular estilo. No es el mejor bailarín pero lo hace con tanta personalidad que permite que la gente conecte fácilmente con él. Sus cuatro bailarines tuvieron hasta solos de breakdance, elevando la performance.

Como Dharma se trata de compartir, esto fue lo que más resaltó durante sus charlas con el público. A esta ciudad el paisa la lleva en el corazón y se le nota por el cariño con el que le habla. “Guayaquil fue la primera ciudad que me abrió las puertas a la música hace 8 años y medio. Un aplauso para ustedes, Ecuador”, mencionó el artista.

Con canciones como Vuelve, Ojos marrones, Básicamente, Cristina y No hay nadie más cantó junto a un piano, el lado más íntimo de este concierto. Fue aquí cuando dio la noticia que junto a la empresa de ron Flor de caña sembrará 3 mil árboles en este país. Es una campaña de reforestación para un país que le ha dado tanto. “Queremos un futuro más verde en este Ecuador que amo tanto”.

La música de Yatra se despidió a las 23:00. Dejando claro, y de mostrándole a otros artistas, que se puede lograr un show puntual y sin contratiempos. El público también ayudó para que esto ocurriera. El gran mensaje de la noche salió del intérprete de Dos oruguitas. “Para qué hacemos cosas que nos generen éxito si no es para compartirlo y encontrar una causa y algo que le sume a este mundo. La fama y el dinero es una acumulación para nuestro ego y solo va disminuyendo la felicidad, así que por eso lo invito a que no importa lo que vayan a hacer de sus vidas o lo que estén logrando, denle la prioridad a dar”. Y este dar fue recíproco, como lo indica el Dharma. Sebastián Yatra dio música y su público guayaquileño, aplausos y amor.