María Teresa ‘La Flaca’ Guerrero tocó el corazón de sus seguidores al revelar en redes sociales su nuevo look. Dejó su cabello más corto de lo habitual. El cambio no fue solo estético, sino una decisión ante la caída que podría enfrentar debido a su tratamiento de quimioterapia, tras ser diagnosticada con tumores en ambos ovarios en mayo de 2025.

Lo que pocos sabían -hasta ahora- es que mientras ella se prepara emocionalmente para la posible pérdida de su cabello, alguien más ya trabaja silenciosamente para devolverle una parte de su esencia. Yesenia Vargas, experta en extensiones y pelucas de pelo natural, ha comenzado a confeccionar una peluca especialmente para La Flaca.

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La iniciativa nació de una conversación íntima con la exprefecta del Guayas, Susana González, amiga cercana de ambas. “Ñaña, ándale haciendo la peluca, no importa si no te la pide, si la usa o no la usa”, le dijo Susana. Y Yesenia no lo dudó. Ha empezado a crearla, cuidando cada detalle: el color exacto, la textura, el largo, todo como María Teresa lo tenía.

Una labor silenciosa basada en el amor 

Yesenia asegura conocer con exactitud el cabello de La Flaca, a quien ha atendido muchas veces. “Le estoy poniendo alma, vida y corazón. Nadie lo sabe, ni mi equipo. La estoy haciendo con mucho amor”, le reveló a EXTRA. El postizo de pelo natural estará listo en quince días.

“Imagínate verte al espejo sin cabello. Esa es nuestra confianza, nuestra seguridad, el marco de nuestra cara. Nos levanta la autoestima, es nuestra femineidad”, dice Vargas, quien en 6 años ha entregado unas 400 pelucas a mujeres con cáncer.

Quién es Yesenia Vargas

Con más de una década de experiencia en el mundo del cabello, Vargas no solo es una empresaria de renombre: también es la fundadora de una organización que, desde hace seis años, regala pelucas a mujeres que han perdido su cabello por enfermedades catastróficas, especialmente el cáncer. 

Su motivación nació del dolor: ver a su abuela morir sin pelo, sin haber podido regalarle una peluca pese a tener el conocimiento y los recursos. Desde entonces, ha entregado pelucas de cabello natural, una labor que suma más de 120 mil dólares en apoyo emocional.

Las pelucas que confecciona son de cabello natural, pues, como explica, las sintéticas “brillan como pelo de payaso”, y muchas mujeres prefieren estar sin cabello antes que usar algo que no se vea real. Pero la calidad tiene su precio: una peluca natural puede costar entre 450 y 1.500 dólares, dependiendo del largo. Aquello las hace inalcanzables para muchas pacientes, y por eso su fundación marca la diferencia.

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