Con un profundo pesar, la mañana de este jueves 4 de diciembre, familiares de Kerly Licoa se presentaron en el laboratorio de Criminalística de la Policía Nacional, en Guayaquil, para realizar los trámites necesarios para la entrega del cadáver de la mujer. Ella fue víctima colateral de un tiroteo entre policías y asaltantes, en el centro de la urbe porteña.

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El hecho violento ocurrió aproximadamente a las 13:30 del miércoles 3 de diciembre, en las calles Tungurahua y Luis Urdaneta. Previo a la tragedia, Kerly se encontraba junto a unas parientes y familiares realizando diligencias para una actividad benéfica.

Repentinamente, en aquella zona de la ciudad se escucharon disparos. Aquellas detonaciones se produjeron durante una persecución entre asaltantes y policías. Los delincuentes huían luego de ejecutar un robo cerca de una entidad bancaria, en las calles 9 de Octubre y Pichincha. Dos sospechosos finalmente fueron aprehendidos.

La labor social que alistaba

Este jueves, a las 10:00, mientras esperaba respuestas sobre la entrega del cuerpo en los exteriores de la dependencia forense, el padre de Kerly contó que, previo a recibir los disparos, su hija y otras allegadas gestionaban unas impresiones en un local comercial de la zona, que iban a utilizar para recaudar fondos para una actividad.

"Ellas estaban en un club deportivo de mujeres y eso (las impresiones) lo estaban haciendo para los niños, para una colecta para comprarles algo en fin de año", comentó el hombre.

Madre de dos niñas

El ciudadano refirió que su hija era madre de dos pequeñas: una de apenas seis meses, que cargaba en un canguro el momento de la balacera, y otra de cuatro años.

La pequeña de meses nacida, afortunadamente, resultó ilesa. Actualmente, al igual que su hermana, está bajo el cuidado de la familia de Kerly. 

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