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Crónica roja

¡Acribillado al pie del mercado de frutas!

Lo 'corretearon', le dispararon y lo remataron. Sucedió en un centro de abastos del cantón La Libertad. No encontraron documentos que identificaran a la víctima.

asesinato
Agentes acudieron hasta la escena del crimen para las investigaciones.Joffre Lino / EXTRA

Dos personas murieron el 21 de octubre, después de ser baleados en diferentes sectores de la provincia de Santa Elena, con ello la cifra de fallecidos al estilo sicariato aumentó a 68 en lo que va del 2022, en el territorio peninsular.

Cuando el reloj marcaba las 02:10 de la madrugada del 21 de octubre, las balas despertaron a los moradores del área del mercado de frutas, ubicado en el barrio La Libertad en el cantón del mismo nombre. Fueron alrededor de 15 detonaciones que se escucharon de forma continua.

Los curiosos vieron a un hombre, que a toda carrera, huía de dos individuos que le dispararon por detrás, pero las balas le dieron alcance y cayó en la vereda, al pie de una bodega. Allí los pistoleros lo remataron.

Una vez cometido el crimen los asesinos corrieron hacia una esquina, donde los esperaba un auto y huyeron. Por la oscuridad del sitio, los testigos no lograron distinguir las características del vehículo.

Quienes se percataron del suceso aseguraron que al parecer los asesinos esperaron por un tiempo al hombre para matarlo. “El carro estaba parqueado en una esquina, los criminales andaban a pie y luego de balear a su víctima, corrieron al auto y se fueron”, dijo uno de los moradores del lugar.

Luego de la revisión del cuerpo, los elementos policiales no encontraron en el occiso documento alguno que ayude a su identificación, se estima que tendría 25 años. Hasta el cierre de esta edición su cadáver yacía en el anfiteatro provincial a la espera que alguien lo reconociera.

Murió en el hospital

Gregorio Castillo Pilay, de 53 años, murió en horas de la mañana del 21 de octubre en el hospital Liborio Panchana de Santa Elena, donde estuvo asilado desde la noche del 11 de octubre, después de haber sido baleado junto a otras dos personas en el barrio San Raymundo 2, en la parroquia José Luis Tamayo.

A pesar del esfuerzo de los galenos, Castillo Pilay no resistió a los tres perdigones que recibió su cuerpo. El día de la balacera, el ahora occiso se encontraba reparando una tubería de agua cuando llegaron sujetos desconocidos y le dispararon.

Los allegados al difunto pidieron a las autoridades policiales encuentren a los culpables del crimen. “No tenía problemas con nadie. No sabemos porqué lo mataron”, comentó uno de los parientes de Castillo.