El asesinato de Juan Carlos Orellana Morán ocurrió la noche del domingo 16 de octubre de 2022, pero no fue hasta dos días después que su caso se hizo ‘viral’ en redes sociales, no tanto por su deceso, sino por la forma en que sus amigos lo despidieron.

El hombre, conocido como Rabito, fue baleado en la avenida 25 de Julio, en el sur de Guayaquil, y sus restos -después de los trámites de ley- fueron llevados a su barriada: La Floresta, también en el sur.

Hasta el acto fúnebre llegaron sus ‘panas’ con pistolas y fusiles. Ellos se grabaron mientras lamentaban su partida alrededor del féretro, con las armas levantadas.

En las imágenes también se pudo observar que al cadáver lo habían vestido con atuendos modernos, con gafas y con una pistola y billetes de 100 dólares sobre el tórax y abdomen.

Algo que también llamaba la atención era que algunos de sus allegados vestían camisetas similares con una leyenda: “Descansa en paz, Rabito”, mientras que en una de las puertas del cofre mortuorio se podía leer un versículo bíblico del evangelio de Juan, capítulo 25: “Yo soy la resurrección y la vida. Todo aquel que cree en mí, aunque esté muerto vivirá”.

En otro vídeo se observa cómo unos amigos del fallecido realizan disparos en una de las peatonales de La Floresta, con todo tipo de arma, pero sobre todo de alto calibre, de guerra.

La Mafia 18

En un portal de Facebook, llamado crónica roja, se publicó que Rabito presuntamente era miembro de una agrupación criminal que es liderada por un individuo apodado Samir.