En el distrito Nueva Prosperina, en Guayaquil, hay preocupación por los hechos violentos sucedidos en torno a un menor de edad. El chico, de 17 años, permanece en arresto domiciliario y se salvó de ser asesinado. Antes, hubo otra muerte cerca de su ‘caleta’.

El adolescente cumple esa medida por su presunta vinculación con el delito de asesinato. Y, al parecer, se la tienen jurada y quieren ‘quebrarlo’.

El coronel Christian Mayorga, jefe policial en ese distrito, refirió que “ya había tenido algunas amenazas”. Un dato que concuerda con la aparente intención de dos motorizados, quienes el miércoles pasado querían darle ‘vire’ a balas.

Los dos sujetos se acercaron en una moto hasta el bloque 7 del Paraíso de la Flor, sector del noroeste de la urbe porteña, en donde vive el adolescente. Pero ni bien llegaron fueron recibidos ‘cariñosamente’.

Un grupo de ciudadanos que estaban en la zona les dispararon, sin darles tiempo ni a bajar del vehículo.

“Se entiende que ellos (los motorizados) venían a cometer el atentado contra el joven del arresto domiciliario”, refirió Mayorga, añadiendo que esa acción fue “repelida por la gente que protege al menor”.

Los sujetos, que supuestamente quería asesinar al joven, en vez de cumplir su objetivo macabro, finalmente acabaron tirados en la calle, baleados y sin vida. Uno de ellos tenía 18 años y el otro aún no era identificado.

Dos personas que iban en un taxi, que circulaba cerca de ellos, resultaron heridas y fueron llevadas a hospitales.

OTRA MUERTE Y PEDIDOS

El sábado anterior, un motociclista fue acribillado con varios tiros en la cabeza, precisamente cerca de donde se produjo el reciente doble crimen.

Mayorga mencionó que ya solicitaron que al ‘pelado’ se le cambie la medida que mantiene, para que sea retirado de la vivienda y evitar que existan más sucesos violentos.

“En la primera ocasión que solicitamos nos fue rechazada esta petición. Vamos a insistir, indicando que ya hay personas fallecidas”, detalló.