Con la soga blanca todavía en su cuello, sentado en una silla, pero ‘frío’, fue encontrado un hombre en el patio de una casa de Guayllabamba, norte de Quito. Frente a él estaba el árbol de chirimoya donde había decidido colgarse.

Todo empezó en un barrio llamado Doña Ana. La policía recibió la alerta el miércoles 11 de enero y a su llegada se toparon con la escena de aquel sujeto, de 32 años, que hace poco salió de ‘cana’, según supieron los agentes.

Ellos interrogaron a la esposa, quien les contó que la noche del martes 10 de enero había peleado con su marido. Él le dijo que dormiría en la sala.

La señora se despertó, confiada en que lo encontraría en el sofá, pero no fue así. Salió al patio y lo halló colgado. Con un cuchillo, ella cortó la soga, de color blanco, pero ya era tarde.

Antecedentes

Mientras se preparaba todo para llevar al cadáver a la morgue de Quito, los agentes conocieron que el hombre estuvo preso por abuso sexual en Durán, provincia del Guayas. La denuncia, a la que EXTRA tuvo acceso, la puso una mujer en marzo de 2022 y desde entonces estuvo detenido.

Sin embargo, al ser de índole sexual, los datos son reservados y no se conocieron más detalles del proceso. Para Édison Rodríguez, abogado penalista de Quito que tuvo conocimiento de la historia, lo que pudo ocurrir es que el sujeto fue sobreseído o declarado inocente ante esta denuncia.

“Recordemos que el abuso sexual generalmente se condena con 3 a 5 años de cárcel. En este caso, lo que habría sucedido es que el hombre debió estar preso solamente el tiempo que duró la investigación”, analizó el jurisconsulto.

A su criterio, algo que lo habría orillado a atentar contra su vida pudo ser justamente un reproche en su casa por esos antecedentes. Pero el hombre se llevó a la tumba sus motivos.