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Opinión
300 mil bachilleres, 75 mil cupos
Más de 300 mil son los bachilleres que se graduarán en este período lectivo. Cientos de miles de jóvenes que saldrán a buscar un cupo en la universidad, un espacio en un instituto técnico, una oportunidad de emprender o conseguir un empleo.
Pero no todos tendrán buenas noticias. Este año solo hubo 75 mil cupos universitarios en el país. Si esa cifra llega a duplicarse en 2018 habría 150 mil cupos, lo que significaría que al menos 155 mil graduados se queden sin entrar a la universidad. Es el gran problema de nuestra educación: no hay cama para tanta gente. En la Universidad de Guayaquil, por ejemplo, a comienzos de este año más de 60.000 personas peleaban por solo 5.776 cupos.
¡No podemos cruzarnos de brazos! Primero hay que garantizar que cada joven sea libre para estudiar lo que quiera, no lo que imponga un burócrata de la Senescyt. Segundo, debemos aumentar los cupos en la educación pública, otorgar más becas gratuitas y ampliar créditos estudiantiles sin cobrar intereses, como hacen Colombia o Australia, ni se exija garante o hipoteca hasta ciertos montos, y donde se cubra no solo la pensión, sino gastos de alimentación, movilización y otros, según planteamos en una propuesta de ley que ya logramos pasar a la Comisión de Educación en la Asamblea Nacional.
Si queremos que cientos de miles de jóvenes desocupados no terminen en el vicio de la droga, que juega al pepo en cada esquina, o caigan en las garras de la delincuencia, entonces debemos conseguir que la educación no sea un derecho de papel escrito en la Constitución, sino una realidad para que todo joven, en el campo o la ciudad, tenga la oportunidad real de estudiar y progresar.