Editorial: El asesinato de un Fiscal

Profunda conmoción y, sobre todo, un justificado temor en el personal judicial que opera en nuestro país motiva el asesinato ocurrido el miércoles 10, de quien ejercía sus funciones en la Fiscalía del cantón Daule, Carlos Alberto Karolys, quien fue baleado en plena carretera, cuando regresaba de una audiencia en Guayaquil, y conducía su vehículo.

Es indudable que este crimen debe tener como autores intelectuales, que para cumplir su siniestro propósito contrataron a sicarios, a elementos que quisieron vengarse de algún fallo emitido por el ahora victimado personaje, con 12 balazos a su carro.

Mucha preocupación provoca este nuevo atentado criminal, ya que en nuestro medio han sido pocos los antecedentes de este tipo de delitos que sí se han dado con cierta frecuencia en otros países donde las mafias de diferente identidad actúan en forma violenta, en México y Colombia sobre todo.

El asesinato de Karolys crea un peligroso precedente que hace que el ejercicio de la actividad judicial se torne riesgosa por un ejemplo que pudiera ser imitado a futuro.

Debe iniciarse una severa investigación para dar con los autores del asesinato, y ofrecer así mayor seguridad a jueces y fiscales.