Cartas al director

Justicia para Xavier

Justicia para Xavier es el clamor de una familia que en medio de la impotencia recibe en cada despertar la noticia de que Xavier ya no está. Es el verso que poetas y escritores recitan en nombre de su colega caído. Es la demanda de una sociedad que no da más y protesta en contra de actos de tan deplorable naturaleza, que acaban con la vida de un ser humano que jamás se ocultó tras las cortinas de la hipocresía social.
Aunque muchos detalles son inciertos, es claro que el odio y la falta de conciencia sobre la dignidad humana acampan alrededor de su muerte.
Este es solo uno de tantos crímenes de odio por homofobia que ocurren en el Ecuador cada año. Xavier tuvo y tiene la fortuna de haber sembrado a lo largo de  su  vida  personas  que velarán porque su pérdida no sea agazapada por  la  zarpa  de la impunidad.
América Latina y el Caribe son las regiones del mundo donde se comete el mayor número de crímenes contra personas LGBTI. Más allá de la ley y las acciones que se tomen, una pérdida como la de Xavier nos lleva a cuestionarnos ¿En qué clase de mundo estamos viviendo? Y ¿Qué estamos haciendo para evitar que casos como este ocurran?
Debemos entender que vivir en un país cuyas leyes amparen (con tibieza si se quiere) y reconozca (aunque a medias) la ciudadanía LGBTI no es suficiente, que es un compromiso de todos, sobre todo de quienes de una u otra forma hacemos comunicación el educar, inspirar y promover transformaciones sociales para construir un mundo libre de LGBTI fobias, donde se condene el odio y no el amor, donde se entienda que sobre el único cuerpo, mente y vida que se gobierna es sobre la propia.
  Ludovico Maquiavelo