Opinión
Cartas al director: El Ecuador, parque mundial
Tedioso es repetir sobre nuestras maravillas naturales, porque las conoce y les pertenece; pero sí cabe argumentar que estas podrían constituirse en el parque mundial que la población clama al cielo. Solo con iniciativas, poca inversión, sin necesidad de crear, peor diseñar artificialmente áreas específicas ya que las tenemos de manera espontánea y natural en nuestras 4 regiones.
Iniciemos la partida desde varios puntos simultáneamente. Emprender una efectiva planificación urbana con posibilidades de crecimiento y acercarse más hacia las nuevas urbanizaciones para evitar construcciones en suelos labrantíos.
En el medio rural de Costa, Sierra y Oriente agrupemos pueblos, recintos y caseríos eliminando el aislamiento negativo al que se han autosometido (exceptuándose tribus nómadas o contactadas). Así acrecentamos los accesos directos a los beneficios sociales a que tienen derecho.
Otro punto. Aprovechar el ecosistema que hoy desperdiciamos, como los ríos que están “a la buena de Dios”. Son vertientes que luego forman las ricas cuencas hidrográficas, como las de los ríos Puyango, Patute, Guayas, que aún cuentan con fuerza y buen caudal conservando parte de su vivificante pureza. Pero hay que tomar rápidas acciones a fin de atenuar la contaminación y sedimentación dejándolos de exponer al uso y abuso de agentes químicos, desechos orgánicos e inorgánicos y por la deforestación. Ecuador, parque mundial, podría dar trabajo extra si nos imponemos como obligación involucrarnos para configurar sistemas de protección de todo nuestro medio ambiente aglutinándonos en un gran frente que coordine, ordene y mande para lograr el turismo mundial.
César Antonio Jijón Sánchez.