Cartas al director: El desprestigio de la política

Es importante destacar que de todas las ciencias sociales la más importante es la Politología, la cual no solo constituye el arte de gobernar positivamente, sino que es determinante para que las personas triunfen o fracasen particular o colectivamente.

Debemos considerar que todo lo bueno es política y que todo lo malo es politiquería. Si la unimos a la palabra más bella que es el amor, podríamos referirnos a la política del amor o el amor de la política. Por lo general, nadie está capacitado para ser progenitor. Igualmente ciertos funcionarios públicos no tienen el conocimiento de las ciencias políticas, y producto de su ignorancia se convierten en potenciales politiqueros que engañan al país.

Quiero hacerles participar de una vulgar cantinflada. Es el caso del funcionario que fue ubicado en un cargo público y él irónicamente afirma: “Yo no soy político”.

Los politiqueros engañan a la población con promesas falsas que no van a cumplir, aprovechándose de la laguna del conocimiento de la política. A estas personas Bertoldt Brecht las llamó “analfabetas políticas”, y Aristóteles sentenció que “El hombre es un animal político; y si no es político, solamente es un animal”.

Hay ciertos ciudadanos a quienes lamentablemente no les interesa nada y afirman “Yo no soy político y me da lo mismo”, “A mí no me interesa la política”, “Si no trabajo no como”, “No importa que roben, lo importante es que hagan obras”...

Recordemos que solamente la política es honestidad y la politiquería es corrupción. Dicho de otro modo, solo la política permite mejores condiciones de vida y se constituye en el único camino para lograr vivir mejor.

Lic. Ricardo Ordóñez Jaramillo