Urgen cambios en las relaciones con EE. UU.

MIENTRAS se sigue destapando toda la corruptela de la “década ganada”, en los próximos días irá a Washington D.C. el ministro de Comercio Exterior, Pablo Campana, buscando concretar un acuerdo comercial con la primera potencia del mundo.

El viaje se produce luego de varios años de una relación fría, que se evidenció con la expulsión de la embajadora en Quito o el retiro de la base norteamericana de Manta, entre otros gestos parecidos, mientras en la ONU votábamos en contra de las justas medidas acordadas contra Corea del Norte... También contentábamos al fallecido dictador venezolano Hugo Chávez, quien “rajaba” del llamado “imperialismo yanqui” y era íntimo y hasta protector del presidente Correa desde los inicios del régimen, el 15 de enero del 2007, o incluso antes, pues apoyó económicamente su campaña electoral.

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OJALÁ QUE, por fin, culmine un distanciamiento que nos hizo más mal que bien. Y que regresen las altas exportaciones al comprador número uno del mundo, después de haber logrado ya el Tratado Comercial con la Unión Europea, que demoramos tres o cuatro años frente a Colombia y Perú por defender, dizque, la soberanía nacional.

Debemos estudiar la posibilidad de integrarnos, aunque tardíamente, al Tratado del Pacífico, que nos acercará más a las grandes potencias asiáticas, como ya lo han logrado México, Costa Rica, Panamá, Colombia, Perú, Chile, etc.