Columna: ¡Respetemos las ordenanzas!

Los trabajos de remodelación de la Catedral de Guayaquil tienen por objeto dar mayor brillantez a una de las emblemáticas construcciones de nuestra ciudad, sobre todo en estos momentos en que el turismo internacional se ha multiplicado últimamente, lo cual nos obliga a enseñar a los visitantes los sitios de mayor importancia de una urbe.

Esto sucede en todas las ciudades del mundo occidental, oriental o de cualquier otro punto cardinal. Por desgracia, estos trabajos estuvieron a punto de convertirse en una tragedia cuando se intentó movilizar la cruz que se levanta en la parte más alta de la Catedral utilizando para el efecto los servicios de un helicóptero, que lo vieron volar miles de ciudadanos que esperaban un feliz final.

Pero de pronto, el helicóptero dejó caer la pesada cruz, que se vino al suelo y puso en peligro a cuantos estaban contemplándola. Como siempre, se han dado mil y un argumentos para tratar de explicar o justificar este suceso. La única aceptable es la que afirma la Municipalidad, al expresar que estos trabajos se efectuaban sin el permiso correspondiente.

Hay que investigar muy bien este delicado asunto. Pero más importante que todo esto es que debemos mejorar nuestra conducta y respetar las ordenanzas y leyes que por algo y para algo se han dictado. Dejemos para el olvido el concepto equivocado que tenemos al creer que podemos hacer lo que nos da la gana porque somos muy sabidos....(BLC)