Columna: ¡Triunfo de la democracia!

El proceso electoral que acaba de atravesar el país permite observar algunas cuestiones importantes:

El oficialismo que lleva diez años en el poder, sin su máximo líder compitiendo, no pudo repetir lo sucedido en 2013, cuando Correa resultó ganador en primera vuelta con un respaldo popular del 57,17%, empezando así su segundo mandato.

La Ley Orgánica Electoral o mejor conocida como Código de la Democracia, aprobada en abril del 2009 y reformada en 2016, contempla que en el sistema electoral ecuatoriano existen dos formas de llegar a la Presidencia: si un candidato obtiene más del 40% de los votos válidos (sin contar nulos y blancos) y mantiene una diferencia de diez puntos con el segundo. O si obtiene una mayoría absoluta representada por la mitad más uno de los votos, es decir el 51%, gana las elecciones sin necesidad de ir a segunda vuelta; los politólogos señalan que la primera opción no es tan real, pues el candidato llegaría a gobernar, pero con bajo apoyo de la población.

Lenin Moreno ganó la primera vuelta, pero apenas con un 39.35% seguido de Guillermo Lasso con un 28.11%, por lo tanto el 2 de abril deberemos volver a las urnas para elegir al binomio que conducirá al país durante el período 2017-2021

El CNE debe prestar atención al reclamo ciudadano de transparencia y legitimidad en este proceso, con el único fin de que se respete el principio de democracia en el país.