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Opinión
Columnas: ¿Hacia dónde debe ir la Universidad?
La Universidad de Guayaquil ha sido intervenida por tercera ocasión debido a que se agravaron sus problemas.
La Universidad de Guayaquil ha sido intervenida por tercera ocasión debido a que se agravaron sus problemas. El Dr. Roberto Passailaigue, educador de reconocido prestigio, es el nuevo rector, quien tiene la férrea voluntad de sacarla adelante, siendo los aspectos más importantes el administrativo, académico y disciplinario.
En ella se educan más de 73.000 estudiantes, siendo muy pocos aquellos que promueven actos conflictivos y que se oponen a todo tipo de desarrollo.
Pero lo primero que debemos considerar es que cualquier camino que se trace para lograr un progreso sostenido debe comenzar por la raíz, ya que los centros de educación superior reciben un producto que viene desde las aulas escolares, en el cual incide básicamente la nutrición. Un niño desnutrido no puede desarrollar su cuerpo e inteligencia. Menos si es víctima de violencia intrafamiliar. 6 de cada 10 infantes ecuatorianos sufren de desnutrición. Además, los docentes de esos niveles también padecen necesidades y tienen sus propias calamidades.
El gobierno central -sin descuidar lo dicho- debe apoyar a la nueva Comisión para construir un camino basado en un plan estratégico, con el aporte de todos los actores, a fin de que la Universidad se convierta en un verdadero centro de investigación, que responda a las necesidades del mercado y que se ubique al lado de las más prestigiosas, al menos, de nuestro continente.