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Opinión

Columnas: Ahora abundan los analfabetos políticos

Analfabetos políticos no solo son aquellos que no saben leer ni escribir.

Analfabetos políticos no solo son aquellos que no saben leer ni escribir. El término es más amplio, suele tener un uso extendido y se utiliza para nombrar a los individuos que son ignorantes o que carecen de los conocimientos más básicos en alguna disciplina.

Ser analfabeto no es un insulto; recordemos la frase célebre del filósofo griego Sócrates cuando nos decía: “Solo sé que nada sé”. O “Solo sé que no sé nada”, este ilustre pensador consideraba que sabio es quien sabe lo que no sabe, mas no quien dice saber, pero ignora así hasta su propia ignorancia”.

Bertolt Brecht definió que el peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio del poroto, del pan, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan lerdo que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado, y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales.

Todos somos analfabetos, no existen todólogos, podemos encontrarnos con personalidades destacadas, brillantes e inteligentes, pero siempre les faltara una parte del conocimiento. Debemos desarrollar el pensamiento como sujetos pensantes recordando el modelo pedagógico de “aprender a aprender” porque los académicos nunca perdemos, solamente aprendemos.

El conocimiento no tiene fin. No podemos llegar al micro y al macrocosmos. Tenemos limitaciones, por eso nadie debe creerse superior a otro. Siempre existirán aquellas personas que tienen una mayor cultura científica.