Columnas: Doble asueto por el Día del “Camello”

Este año, el Día Universal del Trabajo, que fuera institucionalizado a fines del siglo XIX en homenaje a los mártires de Chicago, en nuestro país lo celebramos por partida doble.

El gobierno había comenzado por dividir a la fecha en dos partes: la mitad para la labor diaria y la otra mitad para realizar los desfiles de la clase obrera; después decretó que fuera el día entero para celebrar a quienes sí hacen uso del “camello”. Además, dedicó este día viernes, que hoy transcurre, a los partidarios del “dolce far niente” y del “ocio filosófico” (incluidos los “pipones” que solamente trabajan al momento de cobrar sus sueldos) para armar así otro “puente vacacional”, con el mismo razonamiento de que esto beneficia a la “industria sin chimenea” que, afirman los economistas metidos a kikuyos, el turismo fomenta los viajes y las diversiones.

Esta semana bivacacional sienta un precedente funesto para los empecinados en afirmar que “el trabajo ennoblece” por más que en el Génesis del Antiguo Testamento se lo clasifique como “maldición bíblica” por los pecados iniciales de Adán y Eva) para que en el futuro se repita tal duplicidad que nos hace descansar a pierna suelta. Además, resulta toda una paradoja que al Trabajo, así con mayúscula, se lo celebre NO trabajando. Como si al Día del Amor y la Amistad se lo celebrara con odios, calumnias y rencores...

Y bueno, ya que estamos comenzando a cruzar el “puente”, sigamos adelante mientras los dirigentes sindicales quieren improvisar un nuevo desfile o una huelga... (FCV)