Opinión
Columnas: Hay que ser dúctil como el agua
Comenzaron las lluvias; y si bien es cierto que incomodan de alguna u otra manera, es fantástico ver cómo este elemento tan sutil y dúctil influye en la vida humana.
Comenzaron las lluvias; y si bien es cierto que incomodan de alguna u otra manera, es fantástico ver cómo este elemento tan sutil y dúctil influye en la vida humana; el reverdecer de las plantas, florecer de los campos, el incremento del caudal de los ríos, lagunas y manantiales.
El agua cumple un fin. El mar, los ríos, la lluvia, la niebla, la nieve. Imagínense hasta dónde influye, que una nieta me pidió ir a Nueva York para poder jugar con la nieve.
La bruma, cuánta poesía inspira. Los tumbos, las olas, la marea, la tormenta, los tsunamis, son demostraciones de su poder, y también cuando lenta y humilde se desliza al mar descendiendo de las más altas montañas, como cuando se escabulle y desaparece del mar y se evapora para volar al cielo a formar las más fascinantes nubes que después descienden desecha en gotas de lluvia para depositarse en cerros y montañas en su magistral camino hacia el mar revitalizando la floresta.
Es la misma agua que se nos escapa de la mano si intentamos apretar o quitarle su libertad. Solo es posible retenerla si abres la palma de la mano y la recoges con cariño, en actitud misteriosa, cariñosa e instructiva. Imita al agua y trata de escapar por el más pequeño resquicio. No pelees, fluye en busca del remanso que es la paz.
No te impongas que lo débil y sutil siempre vence a lo duro, a lo rígido. Solo la humildad, el perdón y el amor dominarán el mundo.